El director del Sistema Nacional de Protección Civil de El Salvador, Luis Alonso Amaya, confirmó que el potente sismo de 6,8 grados que sacudió al país el anochecer del 18 de julio último solo provocó daños menores en viviendas en comunidades del oriente y centro de la nación.
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"Afortunadamente no hubo una situación mayor para el bienestar de nuestra población", declaró el funcionario durante una entrevista en la cadena de televisión Telecorporación Salvadoreña (TCS).

Amaya precisó que las afectaciones fueron principalmente en una decena de viviendas de adobe y bahareque de los orientales departamentos deUsulután, San Miguel y La Unión, y varios deslizamientos de tierra en las cordilleras con afectaciones de poco tiempo en el tráfico carretero.

Destacó que hubo una reacción inmediata de los cuerpos del sistema de protección civil para acudir a los lugares calificados de mayor riesgo como las costas, por la eventualidad de un tsunami, los sistemas montañosos y áreas urbanas, así como en la activación de 100 albergues para posibles evacuados.

Amaya recordó que El Salvador es un país de alta sismicidad por el proceso de subducción entre dos placas tectónicas inmensas, en el cual la Cocos se está introduciendo por debajo de la Caribe, un fenómeno telúrico que — explicó — afecta también a Guatemala y Nicaragua, y en menor medida a Costa Rica.

Precisamente el sismo ocurrió en el océano Pacífico frente a las costas de Usulután, a unos 150 kilómetros al sureste de la capital, a las 18:22 horas del 18 de julio, desde cuando han ocurrido hasta la madrugada de este 20 de julio 150 réplicas, varias superiores a los 5,0 grados de intensidad.

Otros factores de riesgo son las fallas geológicas que tiene el país y su ubicación en la activa zona volcánica del Cinturón del Pacífico.

Amaya aseguró que el Sistema Nacional de Protección Civil se encuentra en disposición siempre para atender fenómenos de esta naturaleza, que dijo continuarán como ha ocurrido a largo de la historia nacional.