El representante permanente de Siria ante las Naciones Unidas, el embajador Qusai Al-Dahhak, afirmó que la brutal agresión israelí contra el consulado iraní en Damasco es un precedente peligroso y una grave violación de los convenios y normas internacionales que garantizan la protección de las sedes diplomáticas y prohíben cualquier ataque contra las mismas.
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Durante una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad dedicada a debatir las amenazas a la paz y la seguridad internacionales, el delegado sirio aseguró que la administración estadounidense asume toda la responsabilidad por los repetidos ataques israelíes que amenazan la paz y la seguridad regional e internacional y por llevar la región hacia niveles sin precedentes de escalada e inestabilidad.

Al-Dahhak explicó que el edificio del consulado iraní blanco del ataque está ubicado en una zona densamente poblada y está a pocos metros de las sedes de misiones diplomáticas extranjeras y organizaciones internacionales, incluido el Programa Mundial de Alimentos, además de un hospital privado, facultades de la Universidad de Damasco y varios bancos y empresas privadas, mientras miles de civiles pasan por esta zona vital ya que es una arteria esencial de transporte en la ciudad.

Esta agresión constituye una grave violación de las convenciones y normas internacionales que garantizan la protección e inmunidad de las sedes diplomáticas y su personal y la prohibición de cualquier ataque contra las mismas, incluidas las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares, y la Convención para Prevenir y Sancionar Delitos contra Personas Internacionalmente Protegidas, incluido el personal diplomático, afirmó Al-Dahak.

Agregó que estos ataques histéricos apuntaron durante los últimos días contra edificios e instalaciones civiles en las zonas rurales de Damasco, Alepo y Deir Ezzor, y provocaron la muerte y lesiones a varios civiles y personal militar, y pérdidas materiales en bienes públicos y privados.

Denunció que estas agresiones sionistas coincidieron con ofensivas lanzadas por organizaciones terroristas desplegadas en el noroeste de Siria utilizando drones contra civiles en la ciudad de Alepo, y ataques llevados a cabo por la organización terrorista Daesh en el este de Siria, lo que confirma una vez más la existencia de coordinación entre el ocupante israelí y los terroristas.

El embajador Al-Dahak consideró que el ocupante israelí no habría llevado a cabo esta agresión contra una sede diplomática protegida por el derecho internacional, y contra otros bienes civiles, incluidos aeropuertos, puertos y barrios residenciales, si no fuese por el ciego apoyo estadounidense brindado a lo largo de decenios, lo que permitió a Israel cometer atrocidades como el genocidio contra el pueblo palestino durante seis meses.

Advirtió de las consecuencias de la continuación de estos ataques y políticas imprudentes, y pidió a las Naciones Unidas que asume sus responsabilidades básicas de condenar los repetidos ataques israelíes y adopte medidas inmediatas para evitar que se repitan y garantice que los autores de tales crímenes no escapen al castigo.