La próxima cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Washington ayudará a tender un puente para que Ucrania se convierta en miembro de la Alianza, declaró este 4 de abril el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
NATO Blinken
© AP Photo / Saul Loeb
"Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN. Nuestro propósito en la cumbre es ayudar a construir un puente hacia esa adhesión y crear un camino claro para que Ucrania siga adelante", dijo Blinken en una reunión con el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, en Bruselas.

Se ha trabajado mucho en los dos últimos días durante la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN en Bruselas, y hay que seguir trabajando "de aquí a la cumbre", añadió.

El secretario Blinken también reiteró su llamado al Congreso de Estados Unidos para que siga adelante con la petición suplementaria del presidente Joe Biden, que incluye una ayuda de 60.000 millones de dólares para Kiev.
"El suplemento ayudará a garantizar que podamos seguir ayudando a Ucrania, porque Ucrania nos está ayudando a nosotros, luchando cada día", declaró Blinken.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado que la ampliación de la OTAN para incluir a Ucrania supondría una amenaza directa para la seguridad nacional de Rusia. Además, Moscú considera que el estatus de no alineado de Ucrania es extremadamente importante para poner fin a un conflicto que dura ya años.

Los planes de Kiev de unirse al bloque siempre han generado preocupación en el Kremlin. Sin embargo, no todos los países miembros de la OTAN ven con buenos ojos esta adhesión. De hecho, los gobiernos de países europeos integrantes de la Alianza militar están divididos sobre una eventual integración ucraniana, una decisión que tendría que ser aprobada de manera unánime por los 31 miembros del grupo.

Las recientes declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre la posibilidad de desplegar tropas europeas en Ucrania exhibieron las profundas divisiones sobre el tema ucraniano dentro del bloque.

El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, alertó la semana pasada sobre ánimos cada vez más belicosos en el liderazgo de la Unión Europea frente al conflicto en Ucrania.

"No se trata de un partido de fútbol en el que haya que apoyar a un bando, pero en Bruselas no existe esa distancia", lamentó Orban.

Representantes de países como Eslovaquia, Finlandia, España, Suecia e Italia también rechazaron categóricamente el despliegue de tropas de la OTAN en el país eslavo.

De hecho, el proceso para incluir a Suecia — un país sin conflictos abiertos — en la OTAN se estancó durante meses por la reticencia de Turquía y, en el caso de Ucrania, se podría esperar una resistencia aún mayor.

Entre los países que están impulsando el ingreso de Ucrania a la OTAN están las naciones bálticas y algunas otras del Este de Europa, respaldados por Francia y el Reino Unido.

En contraposición, Estados Unidos y Alemania se han mostrado más cautos sobre la posibilidad de acelerar la inclusión. En la cumbre de Vilna de julio del año pasado, el presidente Biden dijo que no creía que hubiese unanimidad en la OTAN sobre si aceptar o en ese momento.