Cree necesario relanzar la industria armamentística, para seguir apoyando a Ucrania y poder hacer frente la amenaza rusa.
Macron durante visita a la fabrica Eurenco.
© LUDOVIC MARINMacron durante visita a la fabrica Eurenco.
Ha sido un acto simbólico pero que refleja la nueva era. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha ido este mediodía a poner la primera piedra de una nueva fábrica de pólvora para explosivos en Bergerac, en el departamento de Dordoña, y esta tarde se reunirá con representantes de empresas de defensa. El objetivo es claro: relanzar la industria y concienciar de la necesidad de rearmarse, de cara a la amenaza rusa y en un contexto geopolítico cada vez más complejo.

Macron defiende que hay que pasar a una "economía de guerra", como él mismo la ha bautizado. Esto se traduce en invertir más en armamento. El Gobierno francés ha aumentado el presupuesto militar en 400.000 millones en cuatro años y ahora el objetivo es relocalizar la producción de material de defensa, que las empresas que dejaron de fabricar en Francia vuelvan a hacerlo.

Este rearme "es una necesidad del momento, de la realidad geopolítica en la que vamos a vivir". "Estamos en un momento de cambio geopolítico, geoestratégico, donde las industrias de defensa tendrán un papel cada vez mayor", ha dicho Macron. "Este mundo del que hablamos no se detendrá si la guerra termina mañana, porque hay un rearme masivo (...) de Rusia y porque en todas partes en Europa el gasto militar está aumentando", ha recordado.

La invasión en Ucrania ha evidenciado una debilidad: Europa no tiene industria suficiente para hacer frente a una gran guerra. Desde la invasión, las empresas han tratado de adaptarse a un ritmo de crecimiento en la actividad inesperado, pero no dan abasto. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ha advertido que perderán la guerra si no reciben más soporte. El congreso de EEUU lleva meses bloqueando una ayuda de 60.000 millones.

Francia defiende una independencia estratégica para poder hacer frente a los desafíos actuales. Desde 2019 la mitad de las armas importadas por la UE son fabricadas en EEUU. Francia se ha convertido en el segundo país exportador del mundo, sobre todo gracias a sus cazas Rafale. Las compras de material por parte de la UE se han doblado, según los datos del instituto de investigación para la paz (Sipri, en sus siglas en inglés), con sede en Estocolmo.

"Hay que producir más y más deprisa", ha dicho Macron en los terrenos de la empresa Eurenco, líder europeo en la producción de pólvora para la propulsión de proyectiles. Este espacio había sido desmantelado en 2007, por falta de pedidos. Hoy están completos hasta 2030. La empresa, que pertenece al Estado, es ahora clave en el suministro de munición a Europa. La fábrica estará operativa en 2025 y tendrá capacidad para producir unas 1.200 toneladas de pólvora por año.

El grupo tiene fábricas en Francia, Suecia, Bélgica y EEUU y va a invertir 500 millones de euros en dos años para multiplicar por 10 su producción. La construcción de esta fábrica "demuestra que no hay un problema con la industria", ha dicho Macron, que ha ido acompañado de los ministros de Economía, Bruno Le Maire; y Defensa, Sébastian Lecornu.

Macron insiste en que Rusia está endureciendo sus posturas y que no puede ganar la guerra porque esto dejaría a Europa en una situación de debilidad frente a Moscú, que podría invadir cualquier otro país. Hace semanas, en la conferencia de apoyo a Ucrania que organizó en París, el francés sugirió que no había que descartar un futuro envío de tropas a la zona.

Sus palabras no agradaron, la mayoría de países negó este extremo y le acusaron de ser demasiado beligerante. Días después, el primer ministro polaco, Donald Tusk, admitía que Europa está "en un momento de preguerra". El canciller alemán, Olaf Scholz, también ha pedido acelerar la producción de armamento a gran escala para nutrir a Ucrania.

Aunque es la principal amenaza, no es sólo Rusia. La guerra en Israel y el temor a que el conflicto se extienda en la región, y la posibilidad de que Donald Trump gane las elecciones en EEUU el próximo noviembre, son otros de los motivos de inquietud.

En enero Macron deslizó una crítica al sector, al asegurar que habían disfrutado de un "entumecimiento" hasta antes de la invasión. El ministro de Defensa ya advirtió la semana pasada que podría requisar fábricas si las empresas no producen lo suficientemente rápido. También podría recurrir a una medida que permite obligar a las empresas que fabrican material civil y militar a priorizar lo segundo.