Las preocupaciones por las posibles interrupciones en los envíos de petróleo en la región debido al aumento de la tensión entre las dos naciones se suman a la volatilidad causada por la ofensiva de Tel Aviv en la Franja de Gaza y las agresiones de los hutíes contra barcos comerciales en el Mar Rojo.
oil tanker
© CC0 / Unsplash/ Jens Rademacher
Un día después del ataque de represalia de Irán con drones y misiles contra territorio israelí, el mercado petrolero está a la espera de si las consecuencias de un conflicto regional más amplio afectará el tráfico de petróleo crudo a través de Medio Oriente.

Una respuesta de Israel al ataque, que según ha declarado Teherán fue un acto de autodefensa después de que su complejo diplomático en Siria fuera atacado el 1 de abril por Tel Aviv, podría intensificar el ciclo de escalada, según coinciden los analistas internacionales.

Pero hasta el momento eso no ha ocurrido y, por el contrario, se ha registrado una reacción moderada a los últimos acontecimientos, con los precios del petróleo mostrando una ligera caída durante la jornada del lunes 15 de abril. Los futuros del Brent para junio bajaron un 0,2%, hasta 90,25 dólares por barril. Los futuros del West Texas Intermediate (WTI) para entrega en mayo cayeron un 0,4% a 85,33 dólares el barril.

Irán es un miembro clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), organización que ya ha reducido su producción en los últimos dos meses con el objetivo de hacer subir los precios del petróleo. Irán produce actualmente más de tres millones de barriles por día de petróleo crudo, lo que lo convierte en el cuarto mayor productor (de las 13 naciones que la conforman) de la OPEP. En marzo, la producción de petróleo iraní alcanzó un máximo de cinco años de 3,25 millones de barriles por día (bpd), frente a los 2,1 millones de enero de 2021.

Una de las principales preocupaciones en la volátil situación actual es el riesgo de suministro, según analistas citados por los medios. El abastecimiento podría verse afectado por factores como una respuesta israelí dirigida a la infraestructura energética de Irán, una mayor aplicación de las sanciones petroleras a Irán o restricciones al transporte marítimo en el Estrecho de Ormuz, cercano a la república islámica.

Cualquier nueva escalada podría aumentar la volatilidad existente provocada por los ataques hutíes contra barcos comerciales israelíes, británicos y estadounidenses en el mar Rojo, y la actual ofensiva israelí en Gaza.

Sin embargo, Teherán indicó que consideraba el asunto "concluido". La reunión del gabinete de guerra de Israel terminó el pasado domingo 14 de abril sin una decisión sobre una respuesta, mientras los aliados de Tel Aviv pidieron una reducción de la tensión.

A menos que nuevos ataques de represalia interrumpan los flujos de petróleo, la OPEP+ tiene suficiente capacidad de producción para controlar cualquier aumento de los precios, según el análisis de Bloomberg.

En medio de la caída de la demanda mundial de petróleo, a pesar de la actual crisis de seguridad europea, los ataques de los hutíes a barcos comerciales israelíes, británicos y estadounidenses en el mar Rojo y la operación israelí en curso en Gaza, la OPEP+ ha suspendido los recortes voluntarios de producción de petróleo en el primer trimestre de 2,2 millones barriles día en el segundo trimestre, que permanecerá vigente hasta finales de junio, sumándose a los recortes existentes de 3,66 millones de bpd acordados en 2022.

En este momento, los principales compromisos de corte provinieron de Arabia Saudita (1 millón de bpd), Rusia (471 mil bpd, además de los 500 mil bpd anunciados en abril de 2023 y prorrogados hasta diciembre de 2024), Irak (220 mil bpd), Emiratos Árabes Unidos (163 mil bpd), Kuwait (135 mil bpd), Kazajstán (82 mil bpd), Argelia (51 mil bpd) y Omán (42 mil bpd).

Pero se especula que el cartel podría optar por aumentar la producción después de su reunión de junio. Esto es algo que parecía insinuarse en su informe petrolero del pasado jueves 11 de abril, que afirmaba que "las sólidas perspectivas de demanda de petróleo para el verano [europeo] justifican una cuidadosa vigilancia del mercado".

Se cree que la mayoría de los países de la OPEP+ actualmente favorecen un precio del petróleo más cercano a los 90 dólares estadounidenses por barril, muy por debajo del nivel de tres dígitos.