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La situación de la rana dorada panameña, símbolo ecológico y cultural del país, es crítica y supone un reto para los científicos que buscan ponerla a salvo de un hongo mortal que amenaza con extinguirla.
Investigadores reunidos esta semana en la capital panameña reiteraron que el país centroamericano representa una esperanza para el combate del hongo, puesto que es el único lugar del mundo en el que se sabe con certeza dónde se encuentra y cómo se desplaza.
Hoy en Panamá hay menos de quince ranas doradas viviendo en cautiverio, mientras que las salvajes se enfrentan a una situación más crítica, coincidieron científicos en una entrevista con
Efe.