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La expropiación de Red Eléctrica Española en Bolivia ha vuelto a poner en titulares calificativos tales como expolio, latrocinio o ilegalidad. Así se ha calificado a instituciones de Argentina y Bolivia que han avalado la expropiación.
A esta empresa vejatoria han contribuido los partidos predominantes PP-PSOE-CIU, que como grandes lumbreras de las ideas y de la gestión criminalizaron la expropiación de YPF incluso antes de producirse el acto jurídico-administrativo; sin querer reparar que YPF era una empresa pública argentina que se vendió a Repsol a precio de saldo por gobiernos neoliberales. Tal balance de descalificaciones merece diez elementales preguntas.
1. ¿La expropiación es un delito o una ilegalidad? No, la expropiación es figura
recogida en todas las legislaciones del mundo, incluso en muchas Constituciones, hasta el punto que venía inserta en la emblemática Declaración Universal de Derechos del Hombre (1789), supuesta pieza maestra de la actual cultura política
liberal.
2. ¿Repsol es empresa de España? No, Repsol es una empresa que tiene propietarios españoles. Repsol (o su antecesor Campsa) fue una empresa pública que pertenecía a todos los españoles, y que
nació también mediante una expropiación. ¿Fue algún comunista o peronista furioso el que expropio Campsa? Pues no, sorpresa: fue el ministro protomártir conservador
Calvo Sotelo el que en 1927 expropió la empresa energético-petrolera a las todopoderosas multinacionales
Shell y Standard Oil. Sin embargo, Repsol comenzó a ser privatizada por el gobierno socialista de
González --
expropiada a todos los españoles-- cuando era empresa muy rentable.
3. ¿Repsol es empresa de españoles? No, técnicamente no es de españoles sino que
está bajo capital extranjero (54%), aunque con bloque duro accionarial en manos de bancos y constructoras españolas (Caixa, BBV, Sacyr). Entre las multinacionales extranjeras destacan PEMEX y JP Morgan y, sobre todo, opacos fondos de inversión.4. ¿Ha sido históricamente rara la expropiación de sectores energéticos? No, porque el sector energético ha sido entendido desde la teoría del Estado social primario como
sector estratégico de trascendental importancia para la soberanía, y que no puede dejarse en manos del capital privado, bajo lógica de beneficio y moral de ganancia; máxime en un sistema marcado por el ánimo especulativo y no, precisamente, por el ánimo patriótico. Así lo entendieron todos los Estados (todos) en la Europa postbélica, nacionalizando sus sectores energéticos después de la catástrofe del Estado liberalcapitalista.
5. ¿Es rara la expropiación en nuestros tiempos? No, se sigue practicando todos los días, por todos los Estados,
como instrumento de derecho administrativo para desarrollo de modelos urbanísticos, infraestructuras y explotaciones. Entre los mayores cooperadores necesarios expropiadores se encuentran multinacionales como Repsol. Sí, exacto,
Repsol es causahabiente de numerosas expropiaciones que se realizan sobre poblaciones en América y África. Porque para explorar y sacar el crudo hay que expropiar territorios, campos e inmuebles para, finalmente, expulsar a sus habitantes; y hacer daño irreparable a muchos ecosistemas.