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Las grandes agencias y cadenas mediáticas internacionales conforman un frente estratégico de guerra y de acción psicológica orientado a legitimar y a crear las condiciones políticas y psicosociales para las distintas operaciones de invasión militar que el eje USA-OTAN lanza con el objetivo de derrocar gobiernos no dóciles y apoderarse de mercados y de recursos estratégicos, principalmente petróleo y gas.Libia primero, y después Siria, conforman un ejemplo más que emblemático de ese accionar en la regiones petroleras de Asia, Africa y Medio Oriente.
En este escenario, la información internacional no está pensada ni diseñada para "informar", está pensada
para desinformar, manipular, orientar opinión pública y legitimar los nuevos procesos de invasión militar encubiertos en la "guerra contra el terrorismo", o en las cruzadas "liberadoras" contra los "dictadores que someten a sus pueblos", según la doctrina de "guerra preventiva" lanzada originalmente por la administración de George W. Bush tras el 11-S en Nueva York.
En su definición técnica,
"Guerra Psicológica", o "Guerra sin Fusiles", es el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de control social, político o militar, sin recurrir al uso de la armas.Los ejércitos militares, son sustituidos por grupos mediáticos, con operativos diseñados desde los servicios de inteligencia por especialistas en insurgencia y contrainsurgencia, y por expertos en comunicación y psicología de masas.
Proyectada en Asia, África o Medio Oriente, esta nueva estrategia de conquista política-mediática-militar tuvo su columna funcional en los"bombardeos humanitarios de la OTAN" (
asesinatos masivos e indiscriminados de poblaciones civiles escudados en una supuesta defensa de los "derechos humanos"). Libia, con el derrocamiento y muerte de Kadafi, constituyó el ejemplo mas perfeccionado de ese accionar que ahora intentan repetir en Siria.