
El predicador radial estadounidense Harold Camping predijo el fin del mundo para el 21 de octubre de 2011. Ello no ocurrió, pero el anuncio de catástrofes tampoco estuvo completamente fuera de lugar.
El caso es que la ciudad costera italiana experimentó dos semanas después su 'apocalipsis', como tituló el diario Il Tempo. En menos de 12 horas, en la capital de Liguria cayeron 350 milímetros de lluvia - un tercio de las precipitaciones anuales normales. Las masas de agua transformaron las calles del centro en ríos caudalosos.
Escenas verdaderamente apocalípticas se vieron ya el 20 de octubre en Roma, cuando lluvias torrenciales intensas cayeron sobre la capital italiana. Bangkok también fue castigada en octubre por enormes masas de agua. Barrios enteros se convirtieron en lagos.