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"Después de casi nueve años, la guerra de Estados Unidos en Iraq habrá terminado", dijo el presidente norteamericano al anunciar desde la Casa Blanca el cese definitivo de las operaciones militares iniciadas en 2003 en el marco de la denominada "guerra preventiva".

"Una vez muerto Bin Laden, nos concentramos en repatriar a nuestras tropas", reconoció el mandatario, quien aseguró que "para navidad" los 39 mil soldados yankis "volverán a casa".

Obama hizo el anuncio después de hablar por viodeconferencia con el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, y tras el fracaso de las conversaciones entre las dos partes para alcanzar un acuerdo sobre mantener un pequeño número de tropas en Iraq después del final de este año.

No consiguieron ponerse de acuerdo sobre la concesión de la inmunidad legal para el contingente de soldados estadounidenses que se mantuvieran en el lugar para "ayudar" a las fuerzas iraquíes y para "contrarrestar la influencia de Irán".

A pesar de los desacuerdos, Obama dijo que las tropas estadounidenses saldrán de Iraq "con la cabeza bien en alto, orgullosas de su éxito". No dijo nada de los civiles asesinados ni las torturas en ese país.