Imagen
© Desconocido
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció que ha llegado el momento de tomar medidas estrictas para hacer a los 'indignados' de Wall Street cumplir las leyes, lo que significa la aplicación de "más mano dura" contra los manifestantes, según señalan representantes del colectivo.

En su tradicional discurso radiofónico del viernes, Bloomberg reconoció que en general los 'indignados' están respetando las leyes, que su comportamiento es bastante "pacífico" y que "no había notado ninguna locura". Al mismo tiempo, señaló que las manifestaciones, que ya duran más de un mes, no deben "influir" en los asuntos de los residentes locales que no quieren protestar. Además, Bloomberg afirmó que insistirá que en el futuro los 'indignados' tengan que recibir el permiso pertinente cada vez que quieran manifestarse por Manhattan.

Los movilizados no están satisfechos con la posición de las autoridades municipales. "Su incapacidad para ofrecer una posición clara y definida sobre el movimiento demuestra que la están mareando como a un pájaro en una tormenta", comentó el portavoz del movimiento 'Ocupa Wall Street', Thorin Caristo en un comunicado. Subrayó también que las palabras del alcalde "suenan a más mano dura", pero recordó que cada vez que la Policía aumenta la violencia, los movimientos "crecen exponencialmente".

Uno de los participantes de 'Ocupa Wall Street', Mariano Muñoz, comentó a RT que uno de los logros más importantes de esta actividad ha sido el de "haberse abierto un espacio en el escenario internacional", ya que su importancia crece cada día y ya no puede ser ignorado. "El mensaje es que hay un espacio abierto de diálogo político sin ningún tipo de influencia corporativa", subrayó Muñoz.

La expansión de los 'indignados'

El movimiento de los 'indignados' ya atravesó las fronteras de Estados Unidos y se trasladó a otros países. Este viernes la Policía australiana ha desalojado a más de un centenar de manifestantes del movimiento 'Ocupa Melbourne', en una de las principales ciudades del país. Los manifestantes, que se reunieron en la plaza central de la ciudad, fueron arrastrados por la policía, e incluso recibieron golpes.

Los 'indignados' en Nueva York llevan acampados desde el 17 de septiembre en la plaza Zuccotti del sur de Manhattan, en protesta contra los fallos del sistema financiero de EE. UU. Por el momento, el movimiento 'Ocupa Wall Street' sigue sumando apoyos de algunas personalidades y cuenta con el respaldo de dos tercios de los neoyorquinos, según los últimos sondeos.

Locutora de radio pierde su trabajo por participar en Ocupy Wall Street

Lisa Simeone, presentadora de un programa de radio especializado en ópera de la emisora National Public, fue despedida por participar en las protestas Ocupa Wall Street. Simeone colaboraba con la cadena en calidad de autónoma.

La dirección de la radio se escudó en los estatutos de la emisora para justificar esta decisión."Está bien si quieres ser un líder de la protesta organizada, pero no puedes ser simultáneamente una periodista", le espetaron sus directores.

Curiosamente, Simeone es la presentadora del programa El mundo de la ópera y no cubre noticias. "Entonces, ¿a qué le tiene miedo National Public Radio? ¿Qué puedo hacer? ¿Poner un comentario faccioso en la sinopsis de Madame Butterfly?", afirma la locutora, perpleja.

Simeone, que vive en Baltimore, dijo que trabajó en el comité de coordinación del movimiento Octubre 2011, que organiza protestas en la avenida Pensilvania.

Mientras tanto el movimiento Ocupa Melbourne en la ciudad australiana fue dispersado por la Policía, que detuvo a unas diez personas.

En un principio, la Policía se limitó a desmantelar el campamento de la plaza central que los activistas instalaron hace una semana, pero estos se negaron a abandonar la zona a petición de las fuerzas del orden.

Después de la dispersión los manifestantes marcharon por la ciudad. Las detenciones llegaron en el momento en el que bloquearon el tráfico de una de las calles principales.

En general, las protestas de Ocupa Wall Street, que se iniciaron como una mezcla indefinida de reivindicaciones sociales y económicas, se están convirtiendo cada vez más en políticamente organizadas con la ayuda de algunos de los sindicatos más grandes del país.

Grupos de trabajo se están movilizando para proporcionar espacio para oficinas, salas de reuniones, servicios de fotocopias, asistencia legal, alimentos y otras necesidades a los manifestantes.