© DesconocidoEl buque Cosco Busan chocó contra un puente en 2007 vertiendo crudo en la Bahía de San Francisco.
Aún los derrames de crudo de poca magnitud pueden tener un gran impacto en la vida marina, según un nuevo estudio.Investigadores en Estados Unidos analizaron las consecuencias del desastre del buque de carga Cosco Busan en 2007, cuando el navío chocó contra una de las torres de un puente vertiendo más de 200.000 litros de petróleo en la Bahía de San Francisco.
El derrame tuvo un impacto letal inesperado en los embriones de peces devastando la producción de arenque del Pacífico durante dos años, de acuerdo al estudio, realizado por expertos de la Universidad de California, Davis, y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU., NOAA por sus siglas en inglés.
"Este trabajo representa un cambio fundamental en la forma de detectar los efectos de derrames de crudo en estuarios urbanizados", dijo Gary Cherr, director del laboratorio de estudios marinos Bodega Marine Laboratory de la Universidad de California, Davis, y uno de los autores del estudio.
Los análisis químicos realizados comúnmente para analizar el impacto de vertidos de petróleo en el mar también deben revisarse, según los investigadores.
© DesconocidoLos científicos de la Universidad de California estudiaron el impacto del crudo en embriones de arenque. Foto gentileza Universidad de California-Davis.
Combustible bunkerFue en una mañana de niebla, el 7 de noviembre de 2007, que el buque contenedor chocó contra el puente San Francisco-Oakland Bay. Sitios de reproducción de arenque fueron contaminados un mes antes de la época de desove por miles de litros de combustible bunker, como se conoce al
fuel oil o combustile pesado utilizado en los barcos.
Se trata de un combustible mucho más espeso que el crudo normal y contaminado con diferentes sustancias, algunas desconocidas, según el estudio."El combustible bunker es cerca de tres veces más tóxico por unidad de peso que otros crudos y ahora también sabemos que es altamente fototóxico en comparación con el petróleo usual, es decir, aumenta dramáticamente toxicidad con la luz solar", explicó Cherr a
BBC Mundo.
La investigación deja en evidencia el impacto del combustible bunker en los embriones de peces fundamentalmente en aguas superficiales, así como las consecuencias de la interacción de ese crudo con la luz solar y la extrema vulnerabilidad de los peces en sus primeras etapas ante los derrames de petróleo.
Los investigadores determinaron que componentes del combustible bunker del navío Cosco Busan se acumularon en los cuerpos de los embriones de arenque del Pacífico, Clupea pallasii, y luego reaccionaron con la luz del Sol durante las mareas bajas. Las consecuencias fueron mortales para los embriones.Otros huevos fertilizados en el laboratorio y mantenidos a profundidades mayores no fueron expuestos a esa combinación letal de combustible bunker y luz solar, pero también mostraron características anormales asociadas a la exposición al crudo.
Interacción letal con la luz solarEl estudio aporta nuevos paradigmas para el análisis del impacto de derrames de crudo. Muchos de los parámetros utilizados actualmente fueron establecidos luego del desastre del Exxon Valdez en 1989, cuando se vertieron más de 120 millones de litros de crudo en la costa de Alaska.
"Basándonos en los conocimientos que teníamos hasta entonces, pensamos que en el caso del Cosco Busan el volumen de crudo vertido no sería suficiente para tener un impacto importante en la vida marina", dijo Cherr.
"No esperábamos que la luz ultravioleta aumentara drásticamente la toxicidad de los compuestos en el crudo"."La fototoxicidad es un fenómeno que ocurre cuando la luz ultravioleta en la radiación solar (UV-A y UV-B) hace que los compuestos en el petróleo sean altamente reactivos y tóxicos una vez que se encuentran dentro de los tejidos de los organismos, en este caso los embriones de arenque", señaló Cherr a BBC Mundo."Por este motivo, concentraciones de combustible bunker consideradas no tóxicas en ausencia de radiación solar pueden volverse completamente letales luego de una breve explosición a la luz del Sol".
Los científicos comenzaron a analizar en febrero de 2008 el nivel de compuestos de combustible bunker en embriones en diferentes sitios, en algunos casos a por lo menos un metro de profundidad y en otros cerca de la superficie.
Tres meses después del desastre, los embriones en aguas más profundas tenían defectos cardíacos, no letales, típicos de la exposición al petróleo. "Los arenques mostraron los efectos cardíacos inducidos típicamente por el crudo, como edema del pericardio, o sea, hinchazón por exceso de fluidos, y arritmia cardíaca", dijo Cherr a
BBC Mundo.© DesconocidoLos embriones de arenque que no perecieron presentaron defectos en el corazón.
Pero en el caso de los embriones más cercanos a la superficie no sólo había anomalías en el corazón, sino también secciones de tejidos muertos y altos niveles de mortandad.
"Estos embriones se estaban literalmente deshaciendo", dijo Cherr. Durante 2008, prácticamente ninguna larva nació de los huevos depositados en las áreas barridas por el crudo.
Dos años después del derrame, los embriones de esas zonas mostraron defectos en el corazón pero sin un aumento en los índices de mortandad."El estudio deja en claro que aún derrames menores pueden tener efectos altamente letales en poblaciones sensibles. Debido al aumento drástico en toxicidad en presencia de la luz solar, debemos estar conscientes de que en regiones en las que la luz ultravioleta penetra el agua marina, aún pequeñas cantidades de combustible bunker y otros productos de petróleo pueden tener un gran impacto", dijo Cherr a
BBC Mundo.
El arenque del Pacífico es una especie de gran importancia ecológica y comercial. Los peces se desplazan en grandes bancos, desde la Bahía de San Francisco al mar de Bering, donde son una fuente de alimento para otras especies como aves y ballenas jorobadas. Luego de permanecer dos años en el mar, desovan en áreas de aguas superficiales en bahías y estuarios.
"En el caso de San Francisco, el arenque es una de las pocas especies que aún permite pesca comercial en la zona y es un indicador fundamental de la salud de la Bahía", señaló Cherr.
El estudio fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos,
Proceedings of the Nacional Academy of Sciences.
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