Las bajas temperaturas azotan desde hace un mes la cosecha europea, y temen por el impacto de la sequía.

Sondeos realizados en los últimos días mostraron grandes pérdidas en las plantaciones de trigo y cebada de Francia, el mayor productor de granos de la Unión Europea.

Se estima que algunas zonas del este y noreste del país tendrán que ser sembradas de nuevo, promediando una pérdida de 1 millón de toneladas.

El impacto podría ser amortiguado teniendo en cuenta que Francia esperaba un incremento en su producción debido a mayores siembras y a la previsión de rindes más elevados que los obtenidos en la última campaña, la cual se había visto afectada por la sequía.

Sin embargo, el clima de seco de enero y febrero en las principales zonas agrícolas hace temer una falta de humedad en el cultivo.