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Los amotinados pretenden la nivelación de sus sueldos con los de las Fuerzas Armadas, la garantía de retiro con el 100 por ciento del salario y la abrogación de la Ley 101 de Régimen Disciplinario de la Policía.
En la revuelta participan también esposas de integrantes del cuerpo, las cuales montaron vigilias en diferentes ciudades en respaldo a los huelguistas.
La zona cercana a la Plaza Murillo, aledaña a la Utop, y donde se encuentra el Palacio de Gobierno y la Asamblea Legislativa, amaneció bajo seguridad reforzada, en tanto se prohíbe el paso por la calle frente a los amotinados.
Mientras, diferentes cadenas radiales aseguran que los cuarteles de la policía del resto de la capital permanecen en calma y con los agentes en sus puestos.
Hasta ahora, los llamados al diálogo realizados por Maldonado no encontraron eco entre los protagonistas del motín.
"El alto mando policial convoca a nuestros camaradas que se encuentran movilizados a trabajar para dar solución y hallar alternativas al conflicto. Queremos decirles que el camino de confrontar no es adecuado", señaló Maldonado la noche anterior.
Sin embargo, la líder de la movilización y presidenta de la Federación Nacional Única de Esposas de Policías, Guadalupe Cárdenas, insiste en dialogar sólo con el presidente Evo Morales.
Cárdenas y los representantes de clases y oficiales aseguraron que el ministro de Gobierno, Carlos Romero, y Maldonado no van nunca a resolver sus demandas.
"El comandante no decide sobre el aumento salarial, ni sobre la abrogación de la Ley 101, ni sobre la creación de la defensoría de la Policía", insistió Cárdenas, tras pedir la renuncia de Maldonado.
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