Tratamiento hormonal en la corteza prefrontal
© L. Brian StaufferJanice Juraska, a la izquierda, y Nioka Chisholm.
En un nuevo estudio con hembras viejas de rata, se ha encontrado que un tratamiento, a largo plazo, con estrógeno y una progesterona sintética conocida como MPA, aumenta los niveles de un marcador proteico de las sinapsis en la corteza prefrontal, una región del cerebro conocida por sufrir un deterioro significativo durante el envejecimiento.

Lo descubierto en esta investigación parece contradecir los resultados de un estudio anterior, en el cual se intentó analizar los efectos de la terapia hormonal sobre una muestra numerosa de mujeres postmenopáusicas sanas de entre 50 y 79 años de edad. Entre otros resultados negativos, en aquel estudio se encontró que la exposición prolongada a estrógeno solo o combinado con MPA, resultaba en un mayor riesgo de derrame cerebral y demencia.

Una investigación más reciente sugiere, sin embargo, que iniciar la terapia de reemplazo hormonal al aparecer la menopausia, en lugar de hacerlo años o décadas después, conduce a resultados diferentes.


El nuevo estudio, realizado por el equipo de las investigadoras Janice Juraska y Nioka Chisholm de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, es el primero en el que se hace un análisis de los efectos del tratamiento prolongado con estrógeno y MPA sobre el número de sinapsis en la corteza prefrontal de animales viejos.

La corteza prefrontal es el área del cerebro humano que pierde el mayor volumen con la edad, por lo que es importante conocer bien cualquier cosa que la afecte.

La corteza prefrontal, justo detrás de la frente en los seres humanos, rige un conjunto de capacidades que los investigadores llaman "función ejecutiva", y que incluye habilidades como la planificación, el pensamiento estratégico, la memoria de trabajo (la capacidad para mantener información en la mente el tiempo suficiente para utilizarla), el autocontrol y otras cualidades que tienden a decaer con la edad.

El nuevo estudio se llevó a cabo en ratas de mediana edad expuestas a la acción de estrógeno solo, sin hormonas adicionales, o expuestas a la acción de estrógeno en combinación con MPA, durante siete meses, un período que equivale, para el ciclo de vida humano, al de la experiencia de mujeres que comienzan la terapia hormonal al inicio de la menopausia y lo continúan en la vejez.

El hallazgo más importante de este estudio es que el estrógeno en combinación con la MPA puede resultar en un mayor número de sinapsis en la corteza prefrontal, en comparación con lo que les sucede a los animales que no están recibiendo el reemplazo hormonal. El estrógeno en solitario sólo aumentó marginalmente la cantidad de sinapsis, mientras que en combinación con la MPA ejerció los efectos más claros.