
La localidad más castigada es Pehuajó, con casi el 80 por ciento de su territorio tapado por el agua. Situada a 365 kilómetros de la Capital Federal, en la cuenca del río Salado, este tipo de desastres no representa para sus habitantes una novedad: las crecientes de los ríos de provincias vecinas como San Luis y Córdoba provocan a menudo que el Salado desborde e inunde una gran cantidad de hectáreas de campo dedicadas a la actividad productiva.
Las inundaciones complican también a Carlos Casares, 9 de Julio, Bolívar, Olavarría, 25 de Mayo, parte de Trenque Lauquen, y el sur del partido de Rivadavia. En esas localidades, en pocas semanas debería comenzar la siembra de soja y maíz. Sus pobladores estiman que en muchas zonas ya no podrá realizarse, o que habrá severas dificultades, ya que en amplios sectores los caminos rurales literalmente desaparecieron. El peor temor: que se pierda toda la cosecha.
Para colmo, el pronóstico no trae buenas noticias: el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió un alerta por lluvias para gran parte de Buenos Aires, que se prolongarían al menos hasta las últimas horas de mañana.
La advertencia abarca al noroeste, centro y sudeste de la Provincia, donde el ingreso de aire frío provocará, al menos hasta el viernes a la noche, "lluvias de intensidad moderada". El organismo aclaró que "se emite este alerta teniendo en cuenta la situación hídrica por la que atraviesa la zona".
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