Un equipo de investigadores de la voz y biólogos cognitivos de Alemania, Austria y Estados Unidos ha obtenido nuevos y reveladores datos sobre la comunicación de los elefantes.

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© Department of Cognitive Biology, University of ViennaElefante africano.
Los elefantes se pueden comunicar mediante sonidos de muy baja frecuencia que son imperceptibles para el oído humano por resultar demasiado graves. Estos sonidos de baja frecuencia, llamados infrasonidos, pueden recorrer varios kilómetros y brindar a los elefantes un canal "privado" de comunicación que desempeña un papel importante en su compleja vida social.

Aunque durante muchos años estos sonidos han sido estudiados, no estaba claro cómo exactamente los elefantes los generan. Una posibilidad, apoyada por algunos científicos, era que los elefantes tensan y relajan los músculos de su laringe (o "caja de la voz") en cada pulso de sonido. Este mecanismo, similar al ronroneo de los gatos, podría producir sonidos de tonos tan bajos como se desee, pero por regla general los sonidos producidos no son muy potentes.

La otra posibilidad era que estos infrasonidos se produjesen de modo similar a como se generan el habla o el canto humanos, pero dado que la laringe del elefante es tan grande, las frecuencias podrían ser muy bajas. La voz humana se produce cuando una corriente de aire proveniente de los pulmones crea vibraciones en las cuerdas vocales, y no requiere de actividad muscular periódica. En esta hipótesis, los infrasonidos de los elefantes serían simplemente el resultado de cuerdas vocales muy largas interactuando a una baja frecuencia, y no se necesitaría que se tensasen periódicamente los músculos de la laringe.

Para hallar una respuesta, unos investigadores de la Universidad de Viena en Austria, dirigidos por el especialista en voz Christian Herbst, y la experta en comunicación entre elefantes Angela Stoeger, extrajeron la laringe de un elefante (que murió de causas naturales) y la instalaron en un laboratorio del Departamento de Biología Cognitiva (dirigido por Tecumseh Fitch). Haciendo circular un flujo controlado de aire caliente y húmedo a través de la laringe (un flujo que sustituía al generado por los pulmones del elefante), y colocando manualmente las cuerdas vocales del modo adecuado, los científicos hicieron que vibrasen de un modo que encaja en todos los detalles con los infrasonidos.

Los resultados del estudio demuestran que no se necesita el mecanismo del "ronroneo" para explicar los infrasonidos de los elefantes. La conclusión es que los "cánticos" infrasónicos de estos imponentes animales se basan en los mismos principios físicos que la voz humana, pero su enorme laringe produce notas muy graves.