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© AFPProtesta de esta noche frente al Parlamento portugués en Lisboa
Se calcula que fueron millares de personas las que se unieron en la que fue una de las mayores movilizaciones de siempre en el país

Los portugueses salieron ayer a la calle, en más de treinta ciudades, para protestar contra las medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno. Se calcula que fueron millares de personas las que se unieron en el que fue uno de las mayores protestas de siempre en Portugal y los números no oficiales hablan de medio millón de personas en Lisboa y de cien mil en Oporto, llegando a casi los 700.000 en todo el país. En Lisboa fueron detenidos cuatro manifestantes por causar disturbios frente al Parlamento y en Aveiro un hombre se inmoló echando alcohol en su cuerpo y prendiéndose fuego. A pesar de las quemaduras de segundo grado su situación es estable.

Gritos y pancartas de «Basta», «El pueblo unido jamás será vencido», «Estado ladrón, Democracia prostitución» y «Passos ladrón, pide la dimisión», entre muchas otras, se escucharon y vieron por las calles de más de treinta ciudades portuguesas. Una protesta a una sola voz, organizada de forma espontánea, que no estuvo vinculada a ningún partido político y que tomó una dimensión sin precedentes. La manifestación fue convocada bajo el lema «Que se JO... la troika, queremos nuestras vidas» a comienzos de septiembre y su gran adhesión ha sido en parte por haber coincidido con el anuncio de nuevas medidas de austeridad que afectan a todos los portugueses.

El pasado día 7 el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, hizo un comunicado al país para anunciar que los sacrificios tenían que continuar y que desde la Seguridad Social, pasando del 11% actual para una tasa del 18%. Una medida que se suma a las muchas otras conocidas meses antes, algunas ya aplicadael próximo año todos los trabajadores van a pagar un 7% más de su salario bruto as, y a la que se unirán más. Pero además del malestar de los contribuyentes el nuevo ajuste no reúne consenso político ni empresarial y las voces críticas contra el Gobierno son cada vez mayores.

En Lisboa y en Aveiro se vivieron los momentos más tensos de la protesta. La capital lusa es la que reunió a más manifestantes que recorrieron varias calles de la ciudad, comenzando a las cinco de la tarde en la Plaza de España y acabando su marcha frente a la Asamblea de la República. Por el camino lanzaron tomates, botellas y petardos frente a las oficinas del FMI (que acabó con una detención) y rompieron los vidrios de algunos establecimientos, como una sucursal del banco Millennium BCP y la tienda de coches de lujo Lamborghini.

Por la noche, frente al Parlamento, tres personas fueron detenidas por lanzar objetos frente al Parlamento que causaron heridas apersonas allí reunidas, entre ellos un fotógrafo. En Aveiro, por su parte, un hombre de treinta años se echó alcohol en la ropa y posteriormente se prendió fuego entrando en el edificio del Gobierno Civil de dicha localidad portuguesa. Las llamas le causaron heridas de segundo grado en un brazo y en el cuello, y está estable después de ser ingresado y tratado en el hospital.

La plataforma organizadora de la protesta subrayó que el alto número de portugueses en las calles del país demuestran «el descontento que existe en el país y el deseo de cambio». Muchas personas participaron ayer, por primera vez, en una manifestación, en la que se vieron también a familias enteras, y organizaciones y sindicatos apoyaron igualmente esta marcha. Para el día 29 de este mes la Comisión General de Trabajadores de Portugal (CGTP) ha convocado otra manifestación para protestar igualmente por las medidas de austeridad.