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El robot explorador Curiosity se prepara para extraer muestras de arena del suelo marciano, comunicó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).

La muestra, del tamaño de una aspirina, se recogerá en una acumulación de material arenoso que los científicos llaman Rocknest, nido de rocas.

Pero más que descubrir algo nuevo, los ingenieros de la NASA esperan que el procedimiento para sacar material funcione correctamente.

El equipo encargado del Curiosity cree que los resultados del análisis en laboratorios a bordo sean bastante comunes y no se encuentre más que basalto corroído, presente en casi todo el suelo marciano.

Antes de extraer las muestras del suelo, el vehículo limpiará de cualquier vestigio de contaminación su herramienta llamada Chimra, dedicada a la colección y manipulación para el análisis de rocas del interior marciano.

Pese a que está ensamblada en condiciones de extrema esterilización, el equipo posiblemente adquirió una película aceitosa en el aire de la Tierra que alteraría los resultados del análisis de laboratorio.

Los científicos comparan este proceso de limpieza con un enjuague bucal.

"Sacaremos un puñado de arena, la haremos vibrar en todas las diferentes superficies dentro de Chimra para efectivamente arrojar chorros de arena en esas superficies, y deshacernos de todo ese material; luego enjuagamos y repetimos tres veces para terminar de limpiar todo", indicó Daniel Limonadi, a cargo de la extracción.

Los análisis químicos y mineralógicos se efectuarán en los laboratorios Sam y CheMin.

A partir de análisis de fotos de rocas tomadas la semana pasada, los científicos plantearon la teoría de que en Marte corrió agua hace miles de millones de años.

Curiosity aterrizó en el cráter Gale el 6 de agosto último y concluirá su recorrido en una locación llamada Glenelg, lugar en que confluyen tres terrenos geológicos con características distintas.