
"El ejemplo de Lituania es una gran inspiración. Podemos tener un futuro energético soberano, limpio, seguro y renovable", declaró el portavoz de Greenpeace, que junto a otros ambientalistas felicitaron esta semana la decisión del país.
Para el coordinador de la Campaña de Clima y Energía de Greenpeace en Argentina, Mauro Fernández, a pesar de que la batalla fue desigual, por la costosa campaña de relaciones públicas que impuso la industria nuclear y el apoyo del gobierno, el referéndum fue una victoria del pueblo lituano.
En las semanas previas al referéndum, el gobierno lituano negó el acceso al país a expertos invitados al Parlamento con una posición contraria a la energía nuclear, según la ONG, por lo que Mauro Fernández destacó que fue una victoria "contra la intimidación del sector nuclear".
En Sudamérica existe la preocupación de que Brasil y Argentina tengan reactores atómicos para generar electricidad.
Argentina avanza con el Plan Nuclear de su dictadura militar y no abre ningún proceso participativo, ni de deliberación pública, denuncian los ambientalistas. Para ello cuenta con el reactor atómico de Embalse, en la provincia de Córdoba, la primera central nuclear de Sudamérica.
En tanto que Brasil prometió que no construirá nuevas plantas atómicas, al menos hasta 2021, y demostró que la energía nuclear es innecesaria para el desarrollo del país y de la región, destacó Greenpeace.
"Los gobiernos deben darse cuenta de que pueden prescindir de esta tecnología cara y peligrosa para satisfacer su demanda eléctrica y producir más para la región", señala Greenpeace.
"Esta tecnología cara, sucia y extremadamente peligrosa puede ser sustituida por fuentes renovables, limpias y seguras, cuyos recursos abundan en nuestro continente", agrega.
En septiembre pasado, Japón anunció que abandonará la energía nuclear, en 2030 y la revolución energética de Alemania en pocos años ya está generando el 50% de su energía con fuentes limpias.
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