Los celos llevaron a Jorge Gilberto González Piedra, de 42 años, a cometer una locura, pues mató a su hija de 5 años envenenándola con un pesticida y luego se suicidó tomando el mismo veneno.

El parricidio y suicidio ocurrió en la noche del domingo, en el interior del Centro Estético 'Haylie', ubicado en Segunda Diagonal y Buenavista, en la ciudad de Machala.

González hace siete años conoció a Elita Cintia Gallirgos Núñez, quien actualmente tiene 22 años y es oriunda de Chiclayo, en Perú. Salieron por unos meses y decidieron tener una relación, al poco tiempo ella quedó embarazada y nació la única hija de la pareja.

Se conoció que Jorge González, más conocido como 'Suquito', se dedicaba al comercio, pero aprovechando que su mujer tenía conocimientos en belleza y estética, le puso hace aproximadamente cuatro meses un centro estético. Los problemas iniciaron cuando González dejó su trabajo y, con excusa de cuidar a su hija, comenzó a estar todo el día en el gabinete.

Extraoficialmente se dijo que la pareja se encontraba en trámites de divorcio, además ella tenía una boleta de auxilio, pues cada día los problemas se hacían peores.

Los hechos

En la mañana del domingo, la pareja tuvo una fuerte discusión, por lo que ella se encerró en su habitación y no salió. Luego se quedó dormida.

Eran aproximadamente las 19:30, cuando González tomó a su hija en brazos y la llevó al centro estético, en el interior agarró un estilete y destrozó los muebles del local, después escribió en el espejo "Mala Mujer".

Al parecer, su locura no terminó y tomó un pesticida conocido como 'Methapac 90', lo puso en un vaso lleno de gaseosa y le dio de beber a la niña. Él luego tomó el resto del brebaje que preparó y a los pocos minutos ambos sintieron los síntomas.

Elita Gallirgos, al despertar, tomó la boleta de auxilio y se dirigió al gabinete, donde encontró la cosas en el suelo y a su niña acostada en una butaca, con señales de vómito y e inconsciente, por lo cual la tomó en brazos y pidió auxilio. La llevó al Hospital Teófilo Dávila.

La niña ingresó con bajos signos vitales a la casa de salud y, aunque los médicos hicieron todo lo posible por reanimarla, fue tarde, pues falleció por el veneno ingerido. Minutos después, una hermana de Elita, fue a ver dinero en el gabinete y encontró el cuerpo de su cuñado, sin zapatos y tirado en el piso, con una especie de espuma en la boca y con signos de haber vomitado.

Los gritos de angustia de la chica hicieron que acudieran vecinos y a bordo de un vehículo trasladaron el cuerpo hasta el hospital, donde los médicos confirmaron que se encontraba sin vida y, luego al realizar el levantamiento del cuerpo, lo pusieron en el cajón de una camioneta en las afueras del centro médico.

Entre dolor de ambas familias, los cadáver fueron trasladados a la morgue del Cementerio General de Machala, donde el médico, luego de realizar la autopsia, confirmó que la causa de muerte fue envenenamiento.