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A pesar de que 46 millones de estadounidenses necesitan cupones alimenticios para satisfacer sus necesitadas cotidianas, el Congreso de EE.UU. pretende reducir más de 16 mil millones de dólares el presupuesto destinado al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés).

Mientras tanto, Cory Booker, el alcalde de Newark, ciudad del estado estadounidense de Nueva Jersey, al poner a prueba el pasado martes el sustento con cupones alimenticios para expresar solidaridad con los pobres, limitó sus compras a 4 dólares al día por una semana.

Viviendo con 28 dólares en una semana, Booker busca anunciar que sin SNAP, 46 millones de estadounidenses, quienes viven por debajo del umbral de la pobreza, no serían capaces de recibir alimentos adecuados.

Booker expresó su esperanza que esta medida tuviera un impacto duradero y al mismo tiempo aumente la conciencia sobre la lucha que deben afrontar los pobres.

El alcalde de Newark no es el primer político que adoptó tal medida. Michael Nutter de Filadelfia, Carolyn Goodman de Las Vegas y Greg Stanton de Phoenix son otros alcaldes que dieron inicio a actos similares.

En total, cuatro gobernadores, nueve alcaldes de la ciudad y cerca de 20 miembros del Congreso han participado en desafíos similares, de acuerdo con el Centro de Acción e Investigación Alimenticia (FRAC, por sus siglas en inglés).

Conforme a una encuesta divulgada en septiembre por el FRAC, el 55 por ciento de los encuestados opinó que el Gobierno debería gastar más dinero para combatir el hambre en los EE.UU.

Por otra parte, Adele LaTourette, directora de Nueva Jersey de la Coalición Anti-Hunger (NJAHC), indicó lo fácil que es hablar de números y cifras sin tener en cuenta los sufrimientos que padecen las personas afectadas.