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La gran mayoría de los chipriotas se pronuncia hoy por una votación de su Parlamento en contra de un plan de rescate concertado por el Gobierno con acreedores internacionales que incluye un impuesto extraordinario sobre las cuentas bancarias.

El 77 por ciento de los interrogados por la firma Insight Market Research rechazó la medida, en tanto el 73 estimó que el recién elegido presidente conservador Nikos Anastasiadis fracasó en llegar a un bueno acuerdo con los prestamistas foráneos, contra solo un 27 que piensa lo contrario.

Sin embargo, 63 de cada 100 encuestados estiman que esta isla mediterránea debe permanecer en la Zona euro, adonde ingresó en 2008.

Medios de prensa consideran incierto el resultado de la votación en el legislativo sobre una ley que impone un gravamen extraordinario de 9,9 por ciento sobre los depósitos superiores a los 100 mil euros, tanto de residentes como no residentes, y de 6,5 sobre el resto.

El anuncio del acuerdo, por el cual la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo prometieron entregar 10 mil millones de euros, en lugar de los 17 mil millones pactados el pasado año, desató la ira popular y la retirada masiva de dinero de cajeros automáticos.

La organización Movimiento de Ciudadanos Independientes convocó para esta jornada una protesta masiva frente al Parlamento, donde el gobernante partido conservador (DISY) cuenta con 20 bancas, de un total de 56, y su aliado centrista DIKO, con ocho, apenas un voto por encima de la mayoría absoluta.

Uno de los diputados de DIKO indicó que podría votar en contra, mientras otros dos dejaron abiertas sus opciones de votación.

Sin embargo, el primer ministro chipriota, Michelis Sarris, prometió una pronta solución de la crisis financiera de esta isla. En caso de un voto negativo en el Parlamento, se anularía el rescate y el país quedaría en bancarrota.

El Banco Central de Chipre informó que el 40 por ciento de los 70 mil 150 millones de euros depositados en los centros financieros de esta nación pertenece a entidades o personas foráneas, en su gran mayoría fuera de la Unión Europea.

Desde Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, opinó que la medida es injusta, no profesional y peligrosa. De acuerdo con la firma de evaluación Moodyś, las empresas y particulares rusos mantienen unos 19 mil millones de euros en bancos chipriotas y perderían casi tres mil millones.

Los bancos chipriotas se mantienen cerrados y se les prohibió realizar alguna transacción, como parte de las medidas impuestas por la troika de acreedores.

ls/to