Desde 2008, más del 90 % de los puestos de trabajo destruidos en España pertenecían a jóvenes menores de 35 años y desde entonces, cerca de 400 mil personas se han visto obligadas a abandonar el país en busca de trabajo. Son cifras que relatan el presente y futuro negro que sufren miles de jóvenes en España. Hoy han salido a la calle para alzar su voz y reivindicar que puede existir un futuro mejor si se cambia de rumbo.

Es la generación mejor preparada de la historia de España y, a pesar de eso, se ve forzada a emigrar. No se van, los echan. Ese es el lema de su movilización. La juventud española quiere dejar claro que no abandona el país por voluntad propia, sino por una situación económica provocada por las élites y en busca de un futuro mejor, el futuro que se merecen.

Las cifras son insostenibles. En Cataluña más de un 50% de los jóvenes están desempleados, el doble de la media europea, y a los que trabajan les une una palabra: precariedad. Se estima que cada semana emigran varios miles de jóvenes y se conoce que los empleos en el extranjero para ellos también acostumbran a ser precarios. Una situación dramática conocida como "exilio económico", que achacan a las políticas neoliberales.

Las movilizaciones convocadas por la plataforma Juventud sin futuro han denunciado las consecuencias desastrosas de la reforma laboral aprobada por el PP y han propuesto su derogación, así como distintas medidas económicas alternativas a las dictadas por Europa. Juventud sin futuro ya actuó como impulsora del movimiento 15-M hace dos años y ahora ha vuelto a movilizarse, extendiendo la protesta por todo el mundo, a través de 33 ciudades donde miles ciudadanos y de exiliados han mostrado su apoyo.

A pesar de la existencia de algunos problemas de organización, finalmente se han concentrado aquí en la plaza Cataluña de Barcelona más de un centenar de personas para protestar contra las políticas neoliberales que rigen Europa y que están obligando a miles de jóvenes a emigrar.