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La Policía brasileña ocupó tres favelas del sur de esta ciudad con miras a limpiar las comunidades de traficantes de drogas y de armas, y continuar con el proceso de pacificación de la urbe.

Más de 400 elementos, entre efectivos de fuerzas de seguridad y policías, ingresaron en Cerro-Corá, Guararapes y Vila Cándido, en el sur de esta ciudad, y tomaron el control de esas lugares sin disparar un tiro.

Poco después se inició un cerco y el allanamiento de viviendas, donde supuestamente se escondían vendedores de drogas y delincuentes, pero no se informó de arresto o incautaciones de armas o estupefacientes.

Una de las primeras favelas en ocuparse fue la de Cerro-Corá, ubicada en las proximidades del Cristo Redentor -principal punto turístico de la ciudad- y que probablemente será visitado por el papa Francisco, durante su estancia aquí en julio próximo para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud.

La Policía afirmó que estas operaciones, iniciadas desde 2008 en otras comunidades de Río, forman parte del plan pacificación destinado a expulsar a las bandas de narcotraficantes que allí operaban.

Tras la entrada de los guardias, fueron instalados puestos policiales permanentes y puntos de servicios de salud y de educación en esas zonas, anteriormente controladas por bandas criminales.

Desde hace cinco años se establecieron 33 puntos de control en toda la ciudad, con un total de ocho mil policías que se encargan de la seguridad de 221 áreas habitadas por casi 1,5 millones de personas.

Medios políticos sostienen que esta decisión de pacificar Río se registró tras el compromiso de Brasil de acoger la Copa del Mundo de Fútbol de 2014 y las olimpiadas de 2016.