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La policía de Seattle usó granadas aturdidoras y gas pimienta contra las personas que les arrojaban piedras y botellas tras una marcha a favor de la inmigración en Seattle.

Varias decenas de manifestantes que se dijeron anticapitalistas, muchos con pañuelos que les cubrían el rostro, comenzaron a chocar con la Policía en el centro de Seattle horas después de que terminó una marcha pacífica en la que se pidió una amplia reforma migratoria, entre otras cosas.

Los manifestantes lanzaron piedras y otros objetos hacia los policías y los medios de comunicación. A medida que se alejaban de las calles del centro de Seattle, derribaban barreras callejeras, botes de basura y cajas de venta de periódicos para tratar de bloquear el paso de los policías.

Algunos de los hombres rompieron aparadores de tiendas y golpearon vehículos con personas en su interior.

Inicialmente los policías utilizaron sus bicicletas como escudos para defenderse, pero luego buscaron dispersar la turba y evitar actos de vandalismo recurriendo a granadas aturdidoras - que estallan con un destello y ruido fuertes antes de liberar humo - y descargas de gas pimienta.

Al final, fueron detenidas 18 personas, informó el jefe de la Policía de Seattle Chris Fowler.

Fowler dijo que ocho agentes resultaron heridos, en su mayoría con rasguños y moretones. Uno de los agentes fue alcanzado en una rodilla por una piedra.

La violencia surgió luego de una segunda marcha que fue calificada de protesta "contra el capitalismo". Estos manifestantes se concentraron en el sector financiero del centro de Seattle.

"La primera marcha (relacionada con los inmigrantes) llegó al centro. Fue absolutamente tranquila... Fue casi un asunto festivo y también traían algunos mensajes importantes que querían expresar. No se registraron incidentes de ningún tipo", dijo el alcalde de Seattle Mike McGinn el miércoles por la noche.

"La segunda marcha fue muy diferente y no sólo por el mero hecho que no se tenía permiso. Creo que también tenía que ver con la naturaleza de los individuos que la componían y lo que querían hacer", agregó.

Después de que se apagaron los enfrentamientos, varios residentes salieron a las calles para retirar la basura que dejaron los segundos manifestantes.

La violencia fue una reminiscencia del Primero de Mayo del año pasado, cuando anarquistas rompieron aparadores de tiendas y vehículos, y utilizaron bombas de humo. Los manifestantes también atacaron un edificio federal con una bomba de humo lanzada al interior.
Muchos de los manifestantes se han autodenominado como anarquistas. Un cibersitio anarquista local había dicho previamente que habría disturbios.

Los actos de violencia ensombrecieron una jornada en la que activistas por la inmigración pidieron una reforma migratoria. Miles de personas marcharon unos 4 kilómetros (dos millas y media) por el centro de Seattle.

Muchos portaban carteles con mensajes como "Somos Estados Unidos", y "No hay seres humanos ilegales". Un mensaje sugirió que los políticos estatales se olviden de los temas relacionados con la legalización de la marihuana y que en su lugar le pidan a Estados Unidos "Legalizar a mi mamá".

Hubo otras manifestaciones y concentraciones en ciudades del estado de Washington, como en Olympia, Mount Vernon, Spokane, Vancouver, Walla Walla, Wenatchee y Yakima, que avanzaron pacíficamente.