Un último caso de violencia sexual en la India vuelve a remecer al mundo. Esta semana, una niña de cuatro años debió ser hospitalizada en Nueva Delhi después de que un joven de 20 años, la violara y sodomizara. Este caso se suma a una serie de crímenes de carácter sexual hacia mujeres, mayoritariamente registrados en Medio Oriente. Lo peor, es que pese a los llamados de las autoridades, los abusos no tienen para cuándo terminar.

Violaciones en India
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Esta noticia se produce justo después de la muerte el mes pasado de una menor de cuatro años que había sido violada y otra de cinco, que sufrió también una brutal agresión sexual durante dos días que la dejó en estado grave.

Estos crímenes, ambos en Nueva Delhi, reavivaron las protestas contra la violencia que sufre la mujer y las niñas en el país, donde es fácil comenzar a hacer memoria recordar varios más de igual crueldad.

Como olvidar cuando en febrero una mujer de 29 años regresaba en autobús de la casa de sus padres a la de su suegra. Pidió al conductor detener el vehículo en el lugar donde quería bajarse, pero el hombre y su ayudante no reaccionaron, sino que la llevaron a un paraje desierto junto con otros cinco amigos. La mujer fue violada y después arrojada del autobús.

Días antes de eso, otra mujer había resultado muerta tras una violación también en Delhi desatando una serie de protestas masivas por la precaria seguridad hacia la mujer hindú.

Y así, podríamos seguir enumerando una serie de sucesos dramáticos de historias de mujeres maltratadas, violadas y asesinadas a vista y paciencia de sus compatriotas y legisladores. Sólo en Nueva Delhi se registraron el año pasado más de 600 casos de abuso sexual contra mujeres, mientras que a nivel país, esta cifra sobrepasó los 24 mil, algo que para los expertos es un claro indicio de la "normalidad" con la que se trató el tema de las violaciones durante siglos.

De India al Mundo

Si bien, los casos de Medio Oriente son mucho más llamativos por la frecuencia y crueldad con la que se presentan, el resto del mundo no está exento de esta problemática. Según cifras de la ONU Mujeres se estima que a nivel mundial, una de cada cinco mujeres se convertirá en víctima de violación o intento de violación en el transcurso de su vida.

Para el sociólogo experto en género Alejandro Bustamante, "en los países donde existen conflictos armados se propicia la violencia hacia las minorías y los débiles como los niños y las mujeres".
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Desde ONU Mujeres explican que "con frecuencia es una estrategia deliberada que se emplea a gran escala por grupos armados para humillar a los oponentes, aterrorizar a las personas y destruir sociedades. Las mujeres y las niñas pueden también estar sujetas a la explotación sexual por aquellos que están obligados a protegerlas".

Agregan que producto de lo mismo, "mujeres de todas las edades, desde infantes hasta abuelas, han sido sistemáticamente sometidas a violentos abusos sexuales en manos de fuerzas rebeldes o militares".

La violación se ha usado durante mucho tiempo como una táctica de guerra, con violencia contra mujeres durante o posteriormente a conflictos armados informados en cada zona de guerra internacional o no internacional.

Ahora, otra consecuencia que desencadena la violación y el abuso, son los crímenes de honor. Según datos de la institución las mujeres sospechosas de practicar el sexo prematrimonial y las mujeres acusadas de adulterio, e incluso algunas que han sido violadas por desconocidos han sido asesinadas por sus familiares debido a que la profanación de la castidad de la mujer es considerada como una ofensa al honor de la familia.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) calcula que anualmente las mujeres víctimas por motivos de honor puede llegar a 5.000.

Por último, para Bustamente el machismo, propio del Islam considera a la mujer un ser muy inferior al hombre, por lo que abusar de ella, todavía no es tan mal mirado como en occidente. "Antiguamente, era casi aceptada la violación de un hombre hacia una mujer, e incluso si esto ocurría, se culpaba a la mujer de haber incitado al hombre. Ahora, y gracias a la intervención de organizaciones de derechos humanos, la situación ha cambiado y las leyes se han vuelto más rigurosas en países de Medio Oriente, pero todavía falta mucho para que se dejen de cometer injusticias".