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Al menos 20 ciudades estadounidenses tiene hoy números en rojo y podrían declararse en bancarrota tal como lo hizo Detroit, que protagonizó la mayor quiebra municipal en la historia nacional.

Lo ocurrido en la llamada ciudad motor, ubicada en el estado de Michigan, envió mensajes escalofriantes a tenedores de bonos, empleados del gobierno y residentes de las grandes urbes, destacó un artículo del medio digital News Max.

Detroit declaró su insolvencia financiera y ratificó su incapacidad para pagar sus deudas, superiores a los 18 mil millones de dólares.

Se trata de un agujero fiscal gigante que cada vez es más profundo, indicó la publicación.

A tono con el análisis las principales urbes con problemas financieros a raíz de la historia de Detroit son: Compton, que acumuló un déficit general de fondos de más de 40 millones de dólares en préstamos; Fresno y Oakland, las tres en California.

También East Greenbush y Newburgh (Nueva York); Condado del Golfo (Florida); Harrisburg y Distrito Escolar de Philadelphia (Pennsylvania); Irvington y Salem (Nueva Jersey); Condado de Jefferson (Alabama); Menasha (Wisconsin), y Pontiac, en Michigan.

Además, se incluyen en la relación Providence y Woonsocket (Rhode Island); Riverdale (Illinois); Condado de Strafford (New Hampshire); Taylor (Michigan); Vadnais Heights (Minnesota) y Wenatchee (Washington).

Los republicanos en el Congreso han sido insistentes en que Washington no lanzará un salvavidas a las ciudades con problemas, incluso los más conservadores opinan que un rescate federal solo las recompensaría por su mal comportamiento.