Gong Qifeng
© Weibo.comLa mujer comenzó a padecer de un trastorno mental después de sufrir un aborto forzado a los siete meses de embarazo.
Una mujer de la provincia china de Hunan se hundió en la locura después de que le indujeran el parto estando embarazada de siete meses para luego matar al bebé. Su marido, Wu Yongyuan, ha estado pidiendo una indemnización por lo ocurrido, pero sin efecto.

"Tiene miedo de salir y de estar con gente que no conoce. Suele morderme. También tiene miedo a los médicos y a las agujas", contó Wu en una entrevista telefónica con La Gran Época.

El hecho que provocó el desmoronamiento de su esposa fue ver a un médico arrojando a su bebé recién nacido en una bolsa de plástico y pagarle 80 yuanes (13 dólares) a una empleada de la limpieza para enterrarlo.

"El bebé todavía respiraba y se movía cuando el médico lo metió en una bolsa de plástico", dijo Wu.

Después, su esposa comenzó a tener pesadillas. Se sentía culpable por no proteger a su hijo. También se volvió malhumorada y comenzó a mostrar signos de trastornos mentales.

El 14 de junio le diagnosticaron oficialmente esquizofrenia, pero Wu no puede pagar el tratamiento psiquiátrico. Pidió indemnización a las autoridades locales y al buró de planificación familiar de la provincia, pero ninguno respondió.

Wu y su esposa Gong Qifeng viven en la localidad de Anping, ciudad de Lianyuan en Hunan. En la entrevista telefónica con La Gran Época, Wu contó que los funcionarios de planificación familiar se llevaron a su esposa de la casa el 1° de noviembre de 2011.

Wu se dirigió a la oficina local de planificación familiar, donde le comunicaron que iban a inducirle el parto a su esposa, a pesar de sus súplicas.

Dos horas después, un funcionario de planificación familiar lo llamó para decirle que su esposa había recibido una inyección. Cuando Wu llegó al hospital, su esposa le contó que la habían inmovilizado entre cuatro personas para que un médico le aplicara una inyección en la panza. "Estaba muy asustada, pero no pudo resistirse. Solo lloraba a los gritos", dijo Wu.

"Ella les dijo, 'Mi esposo es un discapacitado. No me induzcan el parto', pero la ignoraron", agregó Wu.

Después de 35 horas de terrible dolor, Gong dio a luz a un varón. Gong le dijo a Wu que se llevara el bebé, pero el médico lo detuvo y dijo que la inyección era letal, por lo que el bebé moriría pronto.

Allí fue que el médico arrojó al bebé en una bolsa y le pagó a la mujer de la limpieza, quien dijo que enterraría al bebé en una montaña cercana.

Wu publicó su historia en Internet, pero a diferencia de otros incidentes extremos de abusos relacionados con la aplicación de la política de un solo hijo, esta vez no hubo reacciones.

Hace poco comenzó a hablar ante la prensa china sobre los padecimientos de su esposa, acusando también a un funcionario de planificación familiar de falsificar su firma en la autorización para la inducción del parto de su esposa. Wu contó que varios funcionarios de planificación familiar lo amenazaron con vengarse si llegaban a perder sus empleos.

Relatos estremecedores de abortos forzados de embarazos avanzados aparecen periódicamente en la prensa china. En marzo pasado, el aborto forzado de una mujer embarazada de siete meses en la provincia de Anhui provocó fuertes protestas entre el público.

A principios de julio, una mujer embarazada de cuatro meses en la provincia de Guizhou estaba en condición crítica luego de que las autoridades locales la golpearan y la hicieran abortar.

El régimen chino dio inicio a las políticas de control de la población en la década de 1970, y redobló los esfuerzos en los 80' con la política de un solo hijo. Desde entonces, los médicos en China han realizado 336 millones de abortos y 196 millones de esterilizaciones, y han insertado 403 millones de dispositivos intrauterinos, según estadísticas oficiales. Cada año realizan unos siete millones de abortos, esterilizan a casi dos millones de hombres y mujeres e insertan siete millones de dispositivos intrauterinos, según datos del Ministerio de Salud.