El 'viernes de la ira', que habían convocado los Hermanos Musulmanes tras la oración del mediodía, se ha saldado con otro derramamiento de sangre. Miles de seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi salieron a manifestarse en las calles de varias ciudades en protesta por la matanza que supuso el desalojo de los campamentos islamistas de varias plazas en El Cairo, que dejó 638 muertos y 3.994 heridos, según las cifras oficiales. Aunque el Ministerio de Sanidad egipcio ha anunciado hoy la muerte de 17 personas, el recuento de las cifras aportadas por fuentes médicas y de seguridad o testigos en diferentes puntos del país arroja un balance de más de 70 manifestantes fallecidos este viernes, una cifra que sigue aumentando. Sólo en El Cairo hay, al menos, una cincuentena de víctimas mortales.

Nada más arrancar las protestas fuentes gubernamentales confirmaron la muerte de cinco manifestantes islamistas -muertos en la ciudad de Ismailiya (junto al canal de Suez) por los disparos del Ejército- y de un policía fallecido durante una emboscada en un puesto de control de las afueras de El Cairo. Fuentes de seguridad aseguran que han muerto 24 policías en las últimas 24 horas.

Asimismo, fuentes médicas citadas por Reuters aseguraron que ocho manifestantes fueron abatidos en Damietta (en el delta del Nilo), durante enfrentamientos entre partidarios y detractores de Mursi frente a una comisaría de la localidad. En Fayum, han muerto cinco personas y otras 70 han resultado heridas y en Alejandría hay otros 16 muertos y unos 140 heridos, según fuentes hospitalarias.

En El Cairo -donde se produjeron las protestas más numerosas- fuentes de seguridad cifran el número de muertos en unos 50. Medio centenar de cadáveres se acumulan en las mezquitas de Al Fath (junto a la plaza Ramsés) y Tauhid, según los Hermanos Musulmanes, quienes aseguran que las fuerzas de seguridad empezaron a disparar sin avisar a los manifestantes de la plaza Ramsés, informa Javier Espinosa. Su balance a última hora de la tarde elevaba a un centenar las víctimas mortales sólo en El Cairo.

"Estos crímenes ahondan las diferencias, que al principio eran políticas y luego se han profundizado manchándose de sangre", sostuvieron en un comunicado los Hermanos, para quienes "los golpistas han perdido la razón y los valores y principios". La represión, avisaron, "aumentará la insistencia del pueblo para acabar con el sangriento golpe militar".

Antes del comienzo de las protestas, el Gobierno advirtió a través de la televisión estatal -como ya hiciera el día anterior- de que el Ejército y la Policía responderían con firmeza a cualquier violación de la ley. A media tarde, el Gobierno aseguró en una nota que se enfrenta a un "complot terrorista" e hizo un llamamiento a los ciudadanos para la unidad nacional.

Por su parte, los Hermanos Musulmanes, han respondido al Gobierno anunciando marchas de protestas diarias durante una semana por todo el país. "Hacemos un llamamiento a los egipcios para que salgan a protestar hasta que se ponga fin a este Golpe de Estado". Las manifestaciones del 'viernes de la ira' las dieron por terminadas tras el rezo musulmán de Isha y una hora después de la entrada en vigor del toque de queda.

Choques en El Cairo
viernes de la ira
Uno de los 'puntos calientes' de los choques en El Cairo ha sido la comisaría de Ezbeqiya (una de las principales de la capital), cercana a la citada plaza, contra la que según una fuente de seguridad se produjeron disparos. Dos testigos aseguraron a Reuters que vieron cómo los manifestantes lanzaban cócteles molotov contra el edificio.

Según una fuente de los servicios de seguridad, en el centro de la capital estallaron choques entre partidarios y detractores del depuesto presidente durante las protestas de los islamistas, quienes marchaban en dirección al edificio de la radiotelevisión egipcia. Además, se oyeron disparos en varios barrios de la ciudad.

Los asaltos a comisarías y otros edificios gubernamentales e iglesias se han extendido por todo el país. Las fuerzas del orden y grupos de voluntarios afines abortaron un intento de irrumpir en el cuartel de la Seguridad de Damahur, en el delta del Nilo, donde fueron detenidos tres simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, según la agencia oficial Mena. En total, unas 263 personas supuestamente implicadas en actos de violencia han sido detenidas, según fuentes de seguridad egipcias, que agregaron que entre ellos hay un afgano y dos sirios.

Asimismo, en El Cairo, las fuerzas del orden tomaron el control de la mezquita de Al Imán, en el distrito de Ciudad Naser, que se había convertido en uno de los feudos de los islamistas, sin que se registraran disturbios.

Los islamistas que participaron tras el rezo del viernes en la manifestación junto a la mezquita del barrio de Ramsés increpaban a las personas que veían en las azoteas de las casas por temor a que pudieran tener armas y las dirigieran contra ellos. Entre otras consignas coreaban eslóganes contra los militares golpistas y a favor de la caída del régimen militar.

'¡Pongan fin al derramamiento de sangre!', es el mensaje que el Ministerio de Fundaciones Islámicas transmitió a los imanes egipcios para su sermón de hoy, tras el cual empezaban las protestas. Pero cada vez son más los que ya no escuchan las voces de la razón y la reconciliación.

El llamamiento

"A pesar del dolor y la tristeza por la pérdida de nuestros mártires, la delincuencia de los últimos golpistas ha aumentado nuestra determinación de acabar con ellos". Con estas palabras llamaron los Hermanos Musulmanes al viernes de la ira.

Al menos 638 personas murieron y alrededor de 4.000 resultaron heridas el miércoles cuando la policía despejó dos campamentos de protesta en El Cairo, que surgieron hace ya un mes para denunciar el derrocamiento militar del primer presidente libremente electo de Egipto, el líder islamista Mohamed Mursi, el pasado 3 de julio.

Esta masacre supone el tercer gran ataque contra los partidarios de Mursi desde su derrocamiento. El asalto ha dejado tocados a los Hermanos Musulmanes, pero han advertido de que no se retirarían en su enfrentamiento con el máximo responsable del Ejército, el general Abdel Fattah al-Sisi.

La oración del viernes ha demostrado ser un momento propicio para protestas durante más de dos años de disturbios en el mundo árabe. Al pedir un 'viernes de la ira' los Hermanos Musulmanes han utilizado el mismo nombre de la sublevación del 28 de enero de 2011 contra el ex presidente Hosni Mubarak. Ese día marcó la victoria de los manifestantes sobre la policía, que se vieron obligados a retirarse.

En un intento de contraataque, una coalición de liberales y de izquierda -el Frente de Salvación Nacional- ha pedido a los egipcios que también protesten, pero contra lo que calificó como "acciones terroristas obvias" de los Hermanos Musulmanes.