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El ataque se produjo durante el rezo de los musulmanes, y provocó grandes daños a la mezquita y las casas que se encontraban en los alrededores.
Los testigos dijeron que la policía provocó a los agresores, en lugar de impedir el ataque, y denunciaron la falta de cobertura de prensa a dichos sucesos.
Asimismo, aseguraron que los monjes budistas son quienes incitan a los racistas a que ataquen a los musulmanes y las mezquitas.
Desde el año pasado, grupos budistas extremistas lanzaron una campaña contra miembros e instituciones musulmanas y cristianas en el país, influenciados por los ataques de los budistas extremistas contra los musulmanes en Myanmar, donde la mayoría de la población es budista.
El pasado sábado, cinco personas, entre ellas dos agentes de policía, resultaron heridas en la capital de Sri Lanka, Colombo, como consecuencia de un asalto lanzado por un grupo de budistas contra otra mezquita ubicada en el área de Granpass.
El ataque desató un enfrentamiento entre budistas y musulmanes, que obligó a la policía a declarar toque de queda hasta el día siguiente en la zona, para restablecer la seguridad. Posteriormente, se levantó la orden gracias a la presencia de decenas de soldados y policías para vigilar la región, que aún sigue en estado de alerta.
De los 20 millones de habitantes con que cuenta Sri Lanka, cerca del 70 % es budista, mientras un 9 % es musulmán.
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