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Las esfinges son una de las criaturas más distintas del antiguo Egipto, en buena medida por la impresionante edificación de una de ellas ya indisociable del paisaje de Giza.

Quizá por esto un hallazgo reciente ha planteado un enigma al parecer de difícil resolución para la arqueología especializada.

Se trata de las patas de una esfinge esculpidas en piedra, con una antigüedad aproximada de 4 mil años, que se encontraron en Tel Hazor, al norte de Israel. Antes en esta zona se han desenterrado otros vestigios de culturas antiguas, pero nunca algo tan decididamente egipcio. Asimismo, junto con estas extremidades se localizó una inscripción en jeroglíficos con el nombre del faraón Micerino (o Menkaura), quien gobernó Egipto entre los años 2514 y 2486 antes de nuestra era.

De acuerdo con Amnon Ben-Tor, director de la excavación y profesor de al Universidad Hebrea, la importancia de este descubrimiento radica, de inicio, en que esta esfinge es la única conocida que está dedicada a Micerino e incluso, dice, "es la única pieza monumental de la escultura egipcia encontrada en un lugar del Levante". Según el investigador, la esfinge completa debió medir un metro de altura y pesar media tonelada.

En cuanto al hecho de que hasta solo se han encontrado las patas de la escultura, esto parece deberse a que cuando estas ciudades fueron derrotadas por alguna conquista, usualmente estatuas como esta eran destruidas, casi siempre quebrando sus cabezas y sus manos.

Las excavaciones continuarán, esperando localizar los demás restos dela esfinge pero, sobre todo, resolver el misterio de cómo llegó esta al territorio israelí.