Los practicantes de Falun Gong, perseguidos en China desde 1999, continúan sufriendo torturas, violaciones y demás vejaciones.

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© Minghui.orgEn la tortura "el banco del tigre", descrita en el dibujo, la elevación de las piernas causa un dolor insoportable. Esta tortura es aplicada constantemente a los practicantes de Falun Gong detenidos ilegalmente en China.

Uno se imagina que Ma Chunmei, cuya hermana fue liberada el 30 de agosto de uno de los campos de trabajo forzado más brutales de China, está feliz. Pero sus sentimientos son contradictorios.

"Mi otra hermana y mi madre trajeron a casa a Ma Chunling, y estoy aliviada", dijo en una entrevista telefónica desde la zona de Washington, donde vive ahora. "Pero el Partido Comunista Chino todavía está torturando a los practicantes de Falun Gong por toda China". Falun Gong es una disciplina espiritual que está siendo perseguida en China y que tanto Ma como su hermana practican.

"A mí me persiguieron en el Campo de Trabajo Forzado de Heizhuizi durante cuatro años, me golpearon casi hasta la muerte. Soy muy afortunada de haber podido salir de allí", dijo Ma. "Pero recientemente leí sobre la tortura que cometen en Heizhuizi. Me dolió el corazón".

En los últimos meses han habido varias noticias sobre el cierre de campos de reeducación mediante el trabajo en China. En algunos casos, los practicantes de Falun Gong, que son un grupo espiritual muy perseguido, son liberados.

En otros casos, los practicantes son enviados a campos de lavado de cerebro o prisiones, donde sufren los mismos abusos que sufrían en los campos de trabajo forzado - abusos que apuntan a forzarlos a abandonar sus más profundas creencias.

Minghui.org es un sitio web de Falun Gong que documenta la persecución en China y cuyas ediciones en chino e inglés se actualizan diariamente. Una mirada a su edición del 10 de septiembre provee un panorama de los abusos que sufren cada día los practicantes de Falun Gong en China.

La historia principal de esa fecha se refería al Sr. Hua Lianyou, que desde mayo está en huelga de hambre en protesta por la sentencia a siete años de prisión que le impusieron. Otros prisioneros afilaron el extremo de un tubo que utilizan para alimentarlo por la fuerza con la intención de perforar su estómago. Instigados por las autoridades de la prisión, los criminales suelen dar golpizas al debilitado Hua.

En diciembre de 2012, su familia tuvo la oportunidad de ir a visitarlo. Al ver lo débil que estaba, pidieron que a Hua se le brindara asistencia médica, pero las autoridades se negaron.

Otro artículo informa cómo, cuando se cerró la Prisión de Panjin en mayo de 2012, los practicantes fueron transferidos a la Prisión de Shenyang, donde son torturados.

Entre ellos se encuentra el Sr. Gao, que en 2007 fue sentenciado a 12 años de prisión. Como resultado de años de tortura, se informó que los pulmones del antes saludable Gao están llenos de fluidos. Perdió casi todos los dientes y no puede comer alimentos sólidos. Necesita una silla de ruedas y está tan débil que apenas se lo escucha cuando habla. La prisión lo mantiene en confinamiento solitario.

Otros practicantes transferidos de Panjin a la Prisión de Shenyang son sometidos a privación del sueño - una típica táctica de lavado de cerebro. Son forzados a sentarse inmóviles desde las 5.30 a.m. hasta las 10 p.m. en bancos bajitos - una forma de tortura - mientras los hacen mirar videos que atacan su creencia en Falun Gong. Los criminales los monitorean, golpean, gritan e insultan.

Otros artículos del 10 de septiembre en Minghui presentan otros ejemplos de abusos y torturas.

Alcance

Debido a la dificultad para sacar información de China, los informes de Minghui solo presentan una fracción de los casos de persecución. Es muy difícil abarcar todo el alcance de la campaña contra Falun Gong debido a su enormidad.

Ethan Gutmann ha investigado la persecución a Falun Gong durante casi una década y actualmente está escribiendo un libro sobre la misma. Basado en entrevistas que realizó a practicantes que cumplieron sentencias en campos de trabajo forzado y otros datos, él estima que entre los años 2000 y 2009, la cantidad promedio de practicantes que estaban detenidos - en cualquiera de sus formas - en China era de entre 450.000 y 1.000.000 en todo momento.

Solo se informó del cierre de un puñado de campos de trabajo forzado, lo que significa que la mayoría de estos cientos de miles estimados todavía están encerrados en campos de trabajo forzado, prisiones, centros de lavado de cerebro, hospitales psiquiátricos y cárceles.

De acuerdo con Levi Browde, director ejecutivo del Centro de Información de Falun Dafa, no hay una cifra estimada de practicantes "desaparecidos".

"No sabemos cómo empezar a calcularlo", afirmó Browde. "Esto es lo que sabemos: hay decenas de millones de practicantes de Falun Gong en toda China. Según mi experiencia, casi todos los de China con los que hablé conocen a alguien que está desaparecido".

El 19 de abril de 2003 fue el último día en que Wanqing Huang, ahora en Nueva York, estuvo en contacto con su hermano menor Xiong, quien había estado en constante movimiento para escapar de la policía.

Wanqing extraña a Xiong y todavía lo busca, pero admite que no tiene muchas pistas. "Desapareció hace más de 10 años y cada vez hay menos y menos rastros". Su familia se siente desamparada.

Wanqing cree que el régimen chino capturó a Xiong y "lo persiguió con tal severidad que el Partido Comunista Chino no se atreve a admitir la verdad sobre lo que hizo".

Sustracción de órganos y transformación

El miedo que enfrenta Wanqing y todos los familiares y amigos de los practicantes desaparecidos es que sus seres queridos hayan sido víctima de la sustracción de órganos. A la víctima le remueven todos los órganos que se puedan vender mientras aún está viva, muriendo en el proceso.

Aunque recientemente el régimen chino dijo que establecería un sistema de donación de órganos que reemplazaría la utilización de órganos de prisioneros para trasplante, una prueba de ese nuevo sistema produjo, entre marzo de 2010 y septiembre de 2012, solamente 1.279 órganos, o unos 511 órganos de 186 donantes por año, según informes oficiales.

El abogado canadiense de derechos humanos David Matas, coautor (junto a David Kilgour) de "Cosecha sangrienta", la primera investigación sobre la sustracción de órganos en China, considera que China todavía realiza unos 10.000 trasplantes por año. Él estima que los órganos para 8.000 de esas operaciones provienen de practicantes de Falun Gong.

Algunos de los que sobreviven a los campos de trabajo forzado y logran salir de China no pueden olvidar la persecución.

En su práctica psiquiátrica, el Dr. Jingduan Yang de Filadelfia brinda tratamiento a practicantes de Falun Gong que sufrieron severos abusos sexuales y torturas.

"El abuso sexual genera no solo un dolor físico, sino también vergüenza y miedos que pueden perdurar toda la vida", explicó Yang en una entrevista anterior con La Gran Época. "Es el trauma más dañino para la salud mental y la autoestima de una persona".

En una carta que el abogado chino de derechos humanos Gao Zhisheng escribió a los líderes del Partido Comunista, describió a los abusos sexuales contra practicantes de Falun Gong como algo rutinario. "Casi todos los genitales y senos de las mujeres o todos los genitales de los hombres han sido sometidos a ataques sexuales durante la persecución, de la manera más vulgar", escribió Gao.

En sus pacientes, Yang observa "dolores y calambres severos a nivel neurológico, muscular y esquelético; ansiedad, depresión, insomnio, evasión, pesadillas, ataques de pánico y recuerdos traumáticos severos".

Yang explica que el objetivo de los abusos sexuales en los campos de trabajo forzado, los cuales incluyen violaciones y violaciones en grupo, es quebrar el sistema de creencias del individuo.

De hecho, el objetivo de todas las detenciones masivas, los lavados de cerebro, los abusos sexuales y las torturas es lograr la llamada "transformación": forzar a los practicantes de Falun Gong a abandonar sus creencias.

"La transformación implica forzar a las personas a descartar lo más valioso en sus corazones", explicó Browde. "Los practicantes que lo sufrieron lo describen como sentirse completamente muertos por dentro. Es algo desgarrador de ver".

"Aunque se cerraron algunos campos, los esfuerzos para transformar a los practicantes continúan por toda China", afirmó Browde.

Wanqing Huang, cuyo hermano desapareció hace más de 10 años, dijo, "Por supuesto que es bueno que se hayan cerrado algunos campos, pero no eso no es el fin de la persecución".

"La persecución no terminará por completo hasta que el Partido Comunista Chino se disuelva", dijo Huang. "De otro modo, el Partido solo esconderá la verdad sobre lo que hizo".