Llevan semanas a la espera de iniciar el programa de formación profesional que se les había prometido.
Los 128 jóvenes españoles que se encuentran en la ciudad alemana de Erfurt (centro del país) a la espera, desde hace meses, de iniciar el programa de formación profesional se encuentran «tristes» e «indignados», pero confían en una salida tras haberse iniciado la firma de los primeros contratos.
Los jóvenes llegaron a Alemania hace varias semanas para participar en el Programa de movilidad de Erfurt, organizado por la Cámara de Oficios de la ciudad, consistente en una formación dual práctica y teórica con una duración de tres años, y cuya gestión había encargado a una empresa intermediaria.
Según explicaron hoy varios de los 128 afectados, mañana hay prevista una reunión con todas las empresas e instituciones involucradas, incluidas la Embajada española, el Ministerio de Economía del estado federado de Turingia y la asociación de hosteleros, para buscar soluciones a quienes todavía no tienen claro su futuro.
Con uno de esos intermediarios hizo una entrevista Diego López (21 años) en España, tras la cual le ofrecieron una formación en enfermería, así como «un piso de tres habitaciones con baño y un contrato de prácticas», explicó. Tras realizar un curso de alemán en España durante 6 semanas volaron hasta Erfurt, donde no encontraron nada de lo prometido. «Las empresas ni tan siquiera sabían que veníamos, y las residencias se encontraban ya todas ocupadas», dijo López.
Según Carlos Navarro, albaceteño de 26 años, «en teoría las empresas nos iban a pagar 400 euros y el gobierno alemán lo completaría hasta alcanzar los 818 euros», pero hasta ahora «sólo han gastado» dinero de su propio bolsillo. Navarro, que llegó con la intención de formarse en el sector de la hostelería, explicó que sin contrato no pueden acceder a las ayudas que les habían prometido en España.
Según aseguró el conquense Álvaro López, en un principio durmieron en un hostal pagado de su bolsillo, pero pasados algunos días el encargado les dijo que «el fin de semana iba a recibir a mucha gente» y no había sitio para ellos.
De este modo acabaron, hace ya más de una semana, en una antigua escuela militar remodelada como albergue y que localizó la embajada española, donde pagan entre tres euros y medio y quince por dormir en unas condiciones que califican de «lamentables». «Los que pagan 15 euros tienen unos cuartos algo mejores» en las plantas superiores del edificio, pero el resto «estamos en el sótano, donde dormimos en cada habitación hasta diez personas» explicó López, de 28 años, al describir el albergue. Admitió que han pasado «momentos duros» que han hecho que «algunos hayan decidido volverse a España», pero que él de momento se ha quedado gracias a que su grupo «está muy unido». Ahora esperan que las gestiones que realiza la Embajada española con las autoridades alemanas y la Cámara de Comercio de la ciudad teutona den resultado. «Es cierto que poco a poco algunos van firmando, pero ya no nos fiamos de nadie» dijo Navarro.
La noticia ha tenido gran repercusión en la mediana ciudad de Erfurt e incluso algunos habitantes se han ofrecido en los últimos días a ayudar a los jóvenes españoles. «Cuando se enteran que somos españoles la gente nos ofrece dinero y comida», explicó el toledano López quien dijo que esta situación les produce «vergüenza» y descartó que la situación sea desesperada: «Tenemos dinero y comida todavía». En los sentimientos de los afectados, cuenta López, se mezclan «la indignación y la tristeza» con la sensación de «fraude y engaño, la gente está muy caldeada, harta». «Estamos perdiendo los sueños que habíamos puesto antes de venir aquí» concluye.
Las autoridades alemanas y las españolas que intentan coordinar las salidas para estos jóvenes lamentan la situación generada, pero destacan que se trata de «una anomalía» que sólo se ha registrado en el estado federal de Turingia.
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