Tino D. F. viajaba en el interior de la ambulancia que quedó medio sepultada tras derrumbarse un edificio de cuatro plantas, este jueves pasado, en Figaredo (Mieres), por la acción del temporal.
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© J.M. PardoLos bomberos, trabajando en la zona.
«Circulábamos despacio y, de repente, escuchamos un gran estruendo. No veíamos absolutamente nada de lo que estaba pasando porque había una intensa nube de polvo. Fue como un 'flash'. Y cuando me quise dar cuenta tenía los cascotes encima de las piernas. Estaba un poco confundido. No me di cuenta de lo que había sucedido hasta que nos sacaron los vecinos del interior. Tras ver hoy -por ayer- las fotos en el periódico fui consciente de la gravedad de lo ocurrido y de lo que podría haber pasado».

Tino, mierense de 53 años, relató ayer a El Comercio que en doce años de profesión «nunca me encontré en una situación similar». Recibió el alta hospitalaria el mismo jueves por la tarde; pero su compañero, conductor de la ambulancia, seguía ayer ingresado en el Álvarez-Buylla en observación, aunque su estado no es grave.

La tercera víctima del suceso -ocurrido en la carretera AS-242 poco después de la una de la tarde- también fue dada de alta el jueves. La mujer chocó con su turismo contra el vehículo sanitario. «Si llegamos a circular en el otro sentido -más cerca del inmueble- la situación habría sido otra, mucho más grave», apuntó Tino, quien señaló que solo le quedan algunas erosiones en el cuerpo. Mientras, el Ayuntamiento comenzó ayer las labores de derribo del inmueble afectado por el temporal y del colindante.

Los trabajos se contrataron de urgencia ante el riesgo de nuevos desprendimientos. Fuentes municipales señalaron que el coste de las labores de desescombro será abonado por el propietario del edificio. De hecho, se informó que la comunicación entre la Administración local y la sociedad titular del edificio es constante.

Para estos trabajos hubo que cortar de nuevo la antigua carretera Nacional-630 a la altura de la estación de Feve. Desde el Consistorio no se dio un plazo para la reapertura del tráfico, que se producirá en cuanto se culmine con el desescombro. El propietario había pedido una licencia de obra para la rehabilitación del edificio, que llevaba tiempo deshabitado.