Lo que voló por los aires de Charlottetown durante la noche del pasado viernes no fue un ave, ni un avión, ni Súperman, si bien era del color de la kriptonita y provenía del espacio.
Greg Tingman notó cuando la luz verde volaba a toda velocidad en el cielo detrás del centro comercial de Charlottetown, el viernes pasado.
"Me alegré bastante de tener mi cámara encendida en ese momento. Estaba apuntada en la dirección correcta. Estábamos en una calle colina arriba, así que fue una filmación muy oportuna", dijo.
Filmó el vídeo de más arriba con una cámara ubicada en el panel de instrumentos de su coche, una cámara que acababa de recibir para Navidad tras haber visto el gran impacto de meteorito en Rusia, en febrero del año pasado.
"Lo vi en YouTube y pensé que sería bueno tener mi propia cámara, así que mi hija me regaló una para Navidad", dijo.
Tingman no se esperaba ver un meteoro, y mucho menos tan pronto.
"Claro, ya sabes, ¿qué tan seguido puede uno toparse con un meteoro? Quizás algunas veces en la vida, y con suerte tienes una cámara a mano para filmarlo. Así que lo mío fue una especie de coincidencia", afirmó.
Es posible que se haya tratado de una coincidencia, pero Megan Glover, instructor y técnico en el departamento de Física de la UPEI, afirmó que los meteoros pequeños como el que filmó Tignman no son poco comunes.
"Los más grandes, que son realmente un espectáculo, y que tienen el potencial de ser peligrosos son menos frecuentes, afortunadamente, añadió.
Glover dijo que era poco probable que el meteoro filmado haya aterrizado en el suelo.
"Se necesita un meteoro bastante grande para que deje fragmentos, que luego se llaman meteoritos, así que éste seguramente es uno de esos que se consumen mayormente en el aire", afirmó.
Glover explicó que lo más probable era que el meteoro estuviese mayormente compuesto de níquel, lo cual explica su color verde.
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