La primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra, además de ser blanco de masivas protestas populares, en los últimos meses, que exigen su dimisión, últimamente encara una querella que la culpa del asesinato de dos manifestantes.
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Los familiares de las dos víctimas presentaron este martes su denuncia ante un tribunal criminal, y ahora deben esperar a que la instancia judicial decida si las acusaciones son suficientes como para que se celebre un juicio, ha señalado Chaiwat Sittsuksakul, abogado defensor de una de las familias.

De poder ser justificado el proceso, el ministro tailandés de Trabajo, Chalerm Yubamrung, encargado de la aplicación del estado de emergencia en Bangkok (la capital), el jefe de la policía y otros tres responsables, también deberán comparecer ante la justicia, según el jurista.

Durante la jornada sangrienta que tuvo lugar el 18 de febrero de este año en curso en Bangkok, seis personas, incluidos dos policías, perdieron la vida después de que la policía irrumpiera en una instalación ocupada por los manifestantes, ubicada en un barrio turístico del centro histórico de la citada ciudad.

A este respecto, las fuerzas armadas rechazan cualquier tipo de involucración en los hechos y aseguran que actuaron según la ley.

"La violencia no vino (de la policía) y nosotros estamos dispuestos a probarlo", ha declarado la portavoz adjunta del Gobierno, Sunisa Lertpakawat. "Confiamos en que hemos obedecido a todas las reglas y las leyes", ha agregado.

Desde finales de 2013, Tailandia es escenario de multitudinarias protestas para demandar la renuncia de Shinawatra, a quien consideran corrupta, además de títere de su hermano, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra.

Al menos 23 personas han perdido la vida, en su mayoría manifestantes, y más de 750 han resultado heridas desde que comenzaron las manifestaciones antigubernamentales en el país asiático.