En la región del Chaco boliviano, las comunidades del pueblo guaraní han quedado acorraladas dentro de lotes petroleros".
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© CEDIB.orgUn ejemplo de fuga de gas en Los Monos, en el Chaco de Bolivia.
Un informe emitido esta mes está revelando más datos sobre la persistente contaminación que las petroleras, como es el caso de YPFB Chaco, están desencadenando en el Chaco de Bolivia, con total impunidad.

El escenario incluye numerosos eventos de liberación de gas metano por accidentes en las instalaciones y decenas de pozos petroleros abandonados que siguen contaminando ininterrumpidamente desde la década de los 70, tanto al aire, las aguas, como a la vida de los residentes guaraní, indica un reporte del Centro de Documentación de Cochabamba (CEDIB).

La acusación indica que la compañía petrolera YPFB Chaco no solo dejó estos pozos petroleros que exhalan gas metano y vierten tóxicos a las aguas, sino que además, con la excusa de repararlos, está haciendo firmar a los lugareños documentos que le permiten destruir más selva, hacer nuevos caminos y nuevos pozos con más vertidos.
"En la región del Chaco boliviano, las comunidades del pueblo guaraní han quedado acorraladas dentro de lotes petroleros", describió CEDIB.
El documento denunció que la liberación del gas metano en estos accidentes contribuye al efecto invernadero en una manera tal, que es 100 veces más potente que el dióxido de carbono, se debe evitar a toda costa"
"En muchos campos donde la compañía no ha construido gasoductos, abundan los mecheros o quemadores que alumbran la noche en las regiones afectadas por la actividad hidrocarburífera", acusó.
Uno de los casos lo denunció Energypress el 10 de febrero. Se trató de la fuga de gas del pozo LMS 11 del campo Los Monos. En su artículo explicó que la compañía YPFB Chaco informó que personal de la empresa Boots & Coots, especializado en este tipo de accidentes, logró controlar la falla generada el 29 de diciembre, tan solo el 26 de enero.
"La inexistente información sobre el caso favorece la impunidad ambiental de la compañía, en caso de enfrentar una conveniente auditoría para evaluar daños y cuantificar de la penalización económica o retirada de permisos, según leyes ambientales vigentes en el país", explicó CEDIB, en relación a este suceso.
La investigación explica que hay leyes "explícitas" y estas dicen que ante accidentes, "la primera acción es informar tanto a las autoridades competentes y a las poblaciones aledañas sobre el alcance del suceso".

A su vez añade que las autoridades deberían informar a la opinión pública y establecer si se toman medidas adicionales para proteger a la población.
"Es evidente que la compañía optó por ocultar el accidente hasta que no estuvo bajo control.", denunció CEDIB, en cuanto a la operación de la compañía YPFB Chaco.
Aguaragüe

Pese que desde el año 2000 existe el área protegida llamada Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Aguaragüe que incluye las nacientes que suministran agua a los departamentos de Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca, el CEDIB comprobó y denunció que "la intensa actividad petrolera está deteriorando visiblemente el territorio, con la masiva apertura de caminos, túneles, gasoductos, pozos, campamentos y otras infraestructuras".

El lugar comprende una serranía de mil metros de altitud y 150 kilómetros de longitud que cruza todo el Chaco Boliviano hasta Argentina, y donde oficialmente se reconocen entre 55 y 60 pozos petroleros.

"Pero las cifras no son exactas", advirtió Jorge Campanini, investigador de la contaminación en el Parque Aguaragüe, en dicho documento.
"Las comunidades guaraníes han localizado muchos pozos paralelos que ni salen en los mapas", agregó.
Desde 2011, se sostiene que YPFB reconoció el abandono de los pozos perforados de la década de 1970 y 1980, con al menos 37 puntos críticos con emanaciones permanentes de petróleo y concentrados, sobre todo en los campos Sanandita, Caigua y Los Monos.
"Por ejemplo el pozo San-X-3, según Wilson Cejas, el guardaparque del área, desagua directamente en la quebrada de Chorro, la cual abastece el consumo humano, de animales y riego de tres comunidades: Sanandita Vieja, El Chorro y Sachapera", cita el documento.
"El pozo está en el mesón, el mesón es donde nosotros tenemos el cerro donde están nuestra aguas y de ahí bajan por gravedad a las comunidades", dijo Heiri Archari en la Asamblea del pueblo guaraní, según video publicado el 23 de febrero, al descrribir la contaminación que sufre su población.

En vez de hacer la reparación ambiental, YPFB intensificó la actividad petrolera en la zona de forma ilegal. "Según testimonios documentados en la comunidad guaraní Caigua, YPFB Chaco, estaría vulnerando los derechos de las comunidades al hacerles firmar actas para permitir la remediación de los derrames. Con ella, la compañía abre nuevos accesos terrestres a la zona y perfora un nuevo pozo a pocos metros de donde realizan la pretendida reparación de los suelos contaminados", denunció CEDIB.

YPFB Chaco S.A, describe a su empresa como una subsidiaria de YPFB Corporación, y cubre una extensión total de 144.425 hectáreas ocupadas. Según su propia descripción estas incluyen un bloque de exploración, 21 áreas de explotación de las cuales 14 están en producción, 7 en reserva, en cuatro departamentos de Bolivia.

Adicionalmente Chaco participa como socio no operador en dos áreas de explotación.

La comunidad boliviana reaccionó rechazando la actividad petrolera denunciada como ilegal, que está haciendo YPFB Chaco.

"Han contaminadonuetro territorio, ha c nuestra a parct por nuestra venas en vez de sandgre corre petroleo, eo es lo que nosotros decimos", dijo Neli Romero, vicepresidenta de onfederación de Pueblos Indígenas e Bolivia CIDOB según video publicado el 23 de febrero.