Traducido del inglés por Pedro Donaire

Los astrónomos dicen que las tormentas magnéticas del gas que orbita las estrellas jóvenes pueden explicar un misterio que ha persistido desde antes de 2006.

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© NASA / JPL- CaltechConcepción artística de los discos de gas y polvo que circundan las estrellas.
A los investigadores que utilizan el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, para estudiar las estrellas, les ha llevado un trabajo duro averiguar por qué las estrellas emiten más luz infrarroja de lo esperado. Los discos de formación planetaria que orbitan las estrellas jóvenes son calentados por la luz estelar y brillan con luz infrarroja, pero Spitzer detecta una luz infrarroja adicional procedente de una fuente desconocida.

Una nueva teoría, basada en modelos tridimensionales de los discos de formación planetaria, sugiere la respuesta: El gas y el polvo en suspensión que orbita por encima de los discos en bucles magnéticos gigantescos, como los que se observan en el sol, absorben la luz de las estrellas y brillan con luz infrarroja.

Si bien la idea de atmósferas magnéticas en los discos planetarios de formación no es nueva, esta es la primera vez que se han relacionado con el misterioso exceso de la luz infrarroja observada. Según Neal Turner, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena, California, y sus colegas, las atmósferas magnéticas son similares a lo que ocurre en la superficie de nuestro sol, donde las líneas del campo magnético en movimiento estimulan las enormes prominencias solares para que estallen en grandes bucles.

El resultado es que la atmósfera absorbe y re-irradia lo suficiente para dar cuenta de toda la luz infrarroja adicional.

"El material interceptor de la luz de las estrellas no se encuentra en un halo, y tampoco en un disco tradicional cualquiera, sino en atmósfera del disco soportado por los campos magnéticos", dijo Turner. "Tales atmósferas magnetizadas se prevé que son la forma en cómo el disco conduce el gas para impactar en el interior de la creciente estrella."