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© Juan Carlos Tomasi Médicos Sin Fronteras abrió un centro de salud en 2012 y los casos más comunes son las infecciones respiratorias, la diarrea y la malaria.
Veinte años después, los mismos campos de refugiados que dieron cobijo a los refugiados por el genocidio de Ruanda acogen a los desplazados por la violencia en la República Democrática del Congo, el conflicto más sangriento del mundo desde la Segunda Guerra Mundial con más de cinco millones de muertos. La cuarta parte de los desplazados del continente africano están aquí, el 9% de todos los desplazados en el mundo.

"El país se cayó hace dos décadas y no se ha vuelto a levantar. Existe un clima de guerra que no ha pasado nunca", explica Sergio Martín, responsable de Operaciones de Médicos Sin Fronteras en República Democrática del Congo.

La rendición en noviembre del M23, el principal movimiento guerrillero con el que Kinshasa se ha enfrentado en el último año y medio, no ha puesto fin al conflicto. En el este del país todavía operan más de 60 grupos armados, responsables de graves abusos contra la población civil.

En su informe La emergencia que no cesa: sufrir en silencio en República Democrática del Congo, MSF expone el riesgo médico-sanitario en el que viven miles de personas en esas provincias de Kivu Norte, Kivu Sur, Oriental y Katanga, donde se encuentra aproximadamente el 90% de los casi tres millones de desplazados internos, según datos de la ONU.

Pagar por ir al médico

"La principal preocupación son los desplazados invisibles, los que viven con sus familias de acogida o escondidos en los bosques. Puede haber hasta 40 o 50 personas viviendo la misma casa. Estos desplazados no se cuantifican y no reciben asistencia humanitaria", subraya Sergio Martín.

MSF denuncia que muchas personas vulnerables en las provincias afectadas por los choques entre el ejército y los grupos armados no tienen acceso a la atención sanitaria por el "sistema de recuperación de costes" que impera en los centros públicos de salud y muchas ONG, aunque el sistema, en teoría, garantiza la gratuidad del servicio en caso de emergencia.

Una mujer con un parto de riesgo tiene que pagar 35 euros por una cesárea y los tratamientos contra el cólera ascienden hasta los 18 euros por persona en un país en el que la mayoría de la población vive con menos de 1,5 euros al día.

"Hay muchas mujeres, víctimas de violaciones, que han tenido hijos y llevan más de cuatro meses en el hospital porque no han pagado sus facturas", afirma Safari, enfermero en Goma, la ciudad más importante del este el país. "Muchas otras vienen al hospital muy tarde debido a que se quedaron en casa demasiado tiempo, incapaz de recaudar dinero para el tratamiento. Para cuando sus parientes deciden llevarlas al hospital, ya es demasiado tardeo", añade.

Las violaciones, un "arma de guerra"

MSF trata a más supervivientes de violencia sexual en la RDC que en cualquier otro país del mundo (más de 4.000 casos en 2012) y ha registrado picos de violaciones masivas. "Hasta 120 en un día", explica Sergio Martín. "Las violaciones fueron un arma de guerra en el pasado y siguen siéndolo en el presente".

La malaria y la malnutrición es un cóctel mortal para los niños

Solo una de cada cuatro personas tiene un puesto de salud a menos de 5 kilómetros de su casa. Los congoleños mueren en los caminos por enfermedades prevenibles y curables como diarrea, infecciones respiratorias y cólera. "La malaria y la malnutrición es un cóctel mortal para los niños", señala Isaac Alcalde, coordinador general de Médicos Sin Fronteras en República Democrática del Congo.

Alcalde ha admitido que no existen datos fiables sobre vacunación. "En una región donde el Ministerio de Salud dijo que había vacunado al 102% de la población nos encontramos con 7 casos de sarampión de un total de 3.000 personas. Es muchísimo", indica.