Traducido al castellano por Ciencia Kanija

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Dos estrellas se convierten en una y disparan un extraño tipo de nova. Por primera vez, los astrónomos han observado la danza espiral de dos estrellas que se fusionan para formar una. Las observaciones, realizadas entre 2001 y 2008, sugieren una solución al polémico problema de cómo se forman la raras "novas rojas".

La mayor parte de las novas son azules y tienen lugar cuando el material de una enana blanca estalla. Pero qué provoca las novas ha sido un misterio. La nova roja mejor conocida se observó en enero de 2002 en el borde del disco de nuestra galaxia. Conocida como V838 Monocerotis, fue más luminosa que las novas normales - en su pico de brillo, brevemente rivalizó con las estrellas más potentes de la galaxia.

En septiembre de 2008, la nova roja V1309 Scorpii apareció en la Vía Láctea. Afortunadamente, se posicionó en una parte del cielo en la que estaba siendo observada por el Experimento de Lente Gravitatoria Óptica (OGLE), un programa polaco que usa datos de un telescopio en el observatorio de Las Campanas en Chile para buscar signos de materia oscura y planetas. Como resultado, el equipo había captado inadvertidamente el proceso que disparó una supernova.

"El material es fantástico", dice Romuald Tylenda, astrónomo del Centro Astronómico Nicolás Copérnico en Toruń, Polonia. "Nunca hubiese esperado ver tantas observaciones antes de una erupción". Entre 2001 y 2008, el equipo de OGLE había observado la estrella pre-nova unas notables 1340 veces. En un artículo enviado a la revista Astronomy and Astrophysics1, Tylenda y sus colegas dicen que la nova roja se creó mediante la fusión de un sistema estelar doble conocido como binaria de contacto.

Cacahuete brillante

Una binaria de contacto consta de dos estrellas que se orbitan entre sí tan cerca que se tocan. Si se viesen desde un planeta en órbita, los unidos soles recordarían a un objeto brillante en forma de cacahuete. Aunque parecen exóticos, las binarias de contacto son comunes: la más cercana, conocida como 44 Boötis B, está apenas a 41 años luz (13 pársecs) de la Tierra.

Debido a que están tan cerca, las dos estrellas se eclipsan entre sí continuamente, provocando que varíe el brillo que vemos. Esto permitió a Tylenda y su equipo deducir la naturaleza de V1309 Scorpii, que está aproximadamente a 10 000 años luz (3000 pársecs) de la Tierra.

Antes de la explosión, las dos estrellas danzaban una en torno a otra cada 1,4 días. Conforme la espiral las acercaba, este periodo se acortó hasta que las estrellas se fusionaron y estallaron, aumentando su brillo 10 000 veces. Tylenda y sus colegas estiman que la estrella más grande tenía una masa como la del Sol. Las actuales observaciones indican que el sistema es ahora de una sola estrella.

"Este, ciertamente, es un descubrimiento apasionante", dice Howard Bond, aastrónomo del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore, Maryland, que no fue parte del equipo del descubrimiento. "Esto es claramente, algo que no habíamos visto antes". Sin embargo, Bond advierte que el mismo proceso puede no explicar otras novas rojas.

Tylenda no está de acuerdo: "Creo que la mayor parte de las novas rojas son fusiones". En particular, defiende que la nova roja mejor conocida, V838 Monocerotis, fue el resultado de tal fusión. Dicha explosión fue más potente que V1309 Scorpii, lo que indica una masa mayor.

El primer signo observacional de fusiones de binarias de contacto llegó en 1981, cuando los astrónomos estadounidenses Bernard Bopp y Robert Stencel dijeron que una estrella gigante de giro rápido conocida como FK Comae Berenices era anteriormente una binaria de contacto que se había fusionado en una sola. Esta estrella y otras dos gigantes de giro rápido destacan debido a que la mayor parte de las estrellas gigantes giran lentamente. Pero cuando una binaria de contacto se fusiona, el momento angular de las estrellas orbitantes aceleran el giro de la estrella fusionada.

Shrinivas Kulkarni, astrónomo del Instituto Tecnológico de California en Pasadena, describe los hallazgos de Tylenda y sus colegas como "sorprendentes". Kulkarni señala que las teorías para explicar las novas rojas superan en número a las novas rojas conocidas. "Han sido un misterio durante mucho tiempo. Este descubrimiento es un gran, gran paso adelante".