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"Dispatches", un programa de investigación del canal 4 del país europeo dio a conocer que fetos de menos de tres semanas de gestación son ocupados junto a los desechos clínicos cómo fuente de energía.
El reportaje cifró en 15.500 la cantidad de fetos incinerados por 27 establecimientos del Sistema Británico de Salud (NHS por sus siglas inglesas) en los últimos dos años. Lo preocupante es que los padres de esos bebés no fueron consultados y en algunos casos les mentían, señalándoles que éstos habían sido cremados.
El secretario de estado de la Secretaría de Salud británica, Dan Poulter, reaccionó frente a la denuncia televisiva diciendo que esto es "totalmente inaceptable", por lo que exigió su suspensión inmediata.
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