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Brittany Songer, al visitar un local de
McDonald's en la ciudad estadounidense de Ottumwa (estado de Iowa), se dio cuenta de que la comida que le habían servido tenía un olor y sabor no habitual. La mujer, que está embarazada, abrió la hamburguesa y descubrió que debajo del queso yacían restos de marihuana, informa el portal metro.us.

Songer declaró sobre el ingrediente inusual a la Policía, que actualmente está analizando las muestras. Si se comprueba que en realidad que se tr
ataba del estupefaciente, el empleado responsable de entregar la comida puede ser acusado de vender una sustancia nociva, lo que representa un delito mayor en Iowa.