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"Reducir la vulnerabilidad, aumentar la disuasión y mejorar la resistencia nacional son los principales objetivos de la defensa pasiva, de acuerdo con las directrices del Líder Supremo de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei", precisó Heidari.
Este tipo de defensa, indicó, no es exclusivo de Irán; muchos países del mundo que no afrontan ningún tipo de amenazas, ni militares ni de ninguna otra índole, cuentan con ella y le confieren gran importancia.
Asimismo recordó que Irán ha conseguido significativos logros en este ámbito, dado el relevante lugar que ocupa en la Constitución iraní.
Las exhaustivas políticas de la defensa pasiva fueron promulgadas por el Guía Supremo en 2010, con el fin de proteger al país de peligros y amenazas biológicas, cibernéticas y medioambientales, adujo Heidari.
En este mismo sentido, recalcó que muchos de los productos de empresas occidentales están infectados con diferentes virus que trasmiten innumerables enfermedades y pasan a disposición de los demás países, apuntando a sus sectores más vulnerables.
A juicio del funcionario persa, la expansión de enfermedades biológicas es una seria amenaza para la salud pública de las naciones, y eso pone de relieve la importancia de este tipo de defensa no militar, cuyo fin es actuar como una barrera.
A finales de 2011, Irán formó un ejército cibernético para vigilar, identificar y contraatacar cuando se produzcan amenazas informáticas contra las infraestructuras nacionales de alta seguridad, es decir, instalaciones nucleares, centrales eléctricas, bases de datos y bancos, entre otras.
Las autoridades iraníes han insistido en que la defensa pasiva significa inyectar el gen de la resistencia al país, es decir, vacunarlo contra cualquier daño para proteger a la nación.
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