
Zaira Navas, directora ejecutiva del CONNA, confirmó a LA PRENSA GRÁFICA que la solicitud fue emitida ayer.
La resolución indica que los adultos tienen que proceder a la protección, seguridad e integridad de los niños, niñas y adolescentes, por lo que deberán cumplir las disposiciones de evacuación, además, de brindarles asistencia psicológica necesaria para que los menores superen las secuelas traumáticas que puedan vivir.
Si los responsables de los niños no acatan la medida judicial, la funcionaria dijo que la jueza podrá determinar otro tipo de acción, como el acogimiento con otros familiares que se encuentren fuera del área de riesgo y, en última instancia, podría incluso ordenar el acogimiento institucional.
El CONNA solicitó la medida basándose en el artículo 13 de la Ley de la Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA). La normativa regula, en resumen, que los primeros responsables del cuido de los menores de edad son los padres y familiares.
Sin embargo, la LEPINA también determina un rol para el Estado: tiene la obligación indeclinable e ineludible, mediante políticas, planes, programas y acciones, de crear las condiciones para que la familia pueda desempeñar su rol de manera adecuada.
Navas hizo un llamado a todos los habitantes que se encuentran en la zona de riesgo para que tomen conciencia del peligro.
La amenaza del Chaparrastique es real. De acuerdo con informe de las autoridades de Medio Ambiente, de las 6 de la tarde de ayer, la vibración sísmica en el cráter había incrementado considerablemente en comparación con días anteriores. La medición llegó a las 709 unidades. Los expertos dicen que esa cantidad es 13 veces superior al promedio normal (50 unidades). Lo anterior les indica que el potencial de erupción es alto.
Medio Ambiente, que es el encargado de monitorizar constantemente la actividad del coloso, no descarta la posibilidad de que el Chaparrastique vuelva a estallar en ceniza o lava a través del cráter central o por uno de sus flancos.
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