El Estado Islámico de Irak y Levante, una rama escindida de al Qaeda, patrocinada por algunas monarquías del Golfo Pérsico aliadas de occidente, se ha hecho con el control del norte de Irak.

Algunos analistas hablan de la extensión del conflicto sirio al país vecino, otros resaltan las ingentes cantidades de oro y dinero que los terroristas han robado de los bancos de las ciudades que han invadido. Pocos tratan de cómo realmente alrededor de 1000 milicianos han podido con un ejército regular que, en buena parte, se ha rendido sin luchar.
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© Desconocido
Hay mucha gente desconcertada a izquierda y derecha sin saber a dónde mirar. He leído argumentaciones de todo tipo, desde la pura conspiranoia hasta los simplismos más utilitaristas en boca de políticos. Desde la guerra civil hasta una invasión de yihadistas sunitas, desde los acusan de que al Qaeda no lidera la guerra y que se trata de una revuelta popular confesional hasta los que dicen que EEUU dirige la operación.

Sin ánimo de pontificar, sobre todo dada la extrema confusión en la que se desenvuelve la situación en estos primeros momentos, sí que me gustaría hacer unas reflexiones a vuelapluma sobre la que podría ser la III Guerra de Irak:

Para comenzar, uno no puede dejar de retrotraerse a la operación Libertad Duradera emprendida por EEUU y sus aliados. Tampoco a aquella foto del crío criminal de las Azores y a la campaña de manipulación para justificar la guerra con la que colaboraron numerosos medios de comunicación.

Como siempre cuando el imperio mete sus zarpas, las intervenciones gringas han destrozado literalmente el país, han asesinado directa o indirectamente a centenares de miles de personas y han creado un foco de inestabilidad permanente que ha afectado y afecta a toda la región.

Durante el régimen de Saddam Hussein, el terrorismo no existía en Irak. Al Qaeda entró en el país de la mano de la intervención de Estados Unidos.

El gobierno de Maliki no es del todo de la predilección del imperio. Su confesión chiíta, el acercamiento a Irán y la colaboración con el gobierno de Assad para luchar contra los agresores del país habían alejado a ambos mandatarios. Mucha gente acusa directamente a EEUU de la permanente ola de atentados terroristas contra intereses chiítas que el país cifre durante los últimos años.

La Guardia Revolucionaria Islámica ya se ha implicado en la guerra acudiendo en auxilio al estado Iraquí. Por el contrario, Obama se está haciendo rogar e intenta sacar ventajas políticas del uso de su aviación de combate o de sus flotas de drones, supeditando su participación a ventajas políticas.

Estados Unidos hace tiempo que trabaja para remodelar las fronteras de Oriente Medio en un conjunto de pequeños países, de marcado carácter confesional uniforme y que en ningún caso puedan enfrentar el poder de Israel. Pues bien, «casualmente» los terrenos que hoy ocupa el EIIL coinciden casi exactamente con los del país que los estrategas geopolíticos de Washington querían llamar Sunnistan. Así Irak quedaría desintegrada en una zona kurda al norte, una sunita en el centro y oeste y una chií en el sur y el este.

El verdadero jefe del EIIL es el saudí Abdul Rahman al-Faisal, de la Casa de Saud, que es quien les ha provista de un nuevo contingente de armas procedentes de la nueva y democrática Ucrania neonazi con el que han perpetrado los ataques. Es muy muy improbable que Estados Unidos no esté al tanto de la ofensiva.