Sarkozy
© ReutersEl ex presidente francés Nicolas Sarkozy. ¡Esperemos que siga siendo "ex" en el 2017 también! Además de Hollande, claro, que también está destruyendo a Francia.
Es una medida excepcional con la que Francia se ha despertado. A primera hora de la mañana, el expresidente de la República Nicolas Sarkozy ha tenido que acudir a la oficina de la policía judicial especializada en infracciones financieras y fiscales para declarar sobre los presuntos delitos de tráfico de influencia y violación del secreto de instrucción. Apenas 24 horas antes, la misma policía había detenido a su abogado Thierry Herzog y dos magistrados del Tribunal Supremo. El expresidente sigue en estos momentos declarando y, según la figura francesa bajo la cual ha sido convocado (garde a vue), está de hecho detenido y su obligación de declarar, normalmente durante 24 horas, podría ser ampliada hasta 48 horas.

El expresidente francés Nicolás Sarkozy ha llegado a la oficina policial de Nanterre (a las afueras de París) en torno a las ocho de la mañana en un coche de cristales tintados y ante el asombro de la opinión pública, a la que se había informado de que el expresidente de la República podría ser llamado a declarar dentro de unos días.

La celeridad con la que se está desarrollando la operación ha sorprendido a todas las fuerzas políticas, que están llamando a confiar en la justicia. Esta detención inédita se inscribe en el caso de la presunta financiación ilegal de la campaña electoral de Sarkozy de 2007, que habría contado con aportaciones económicas del entonces presidente de Libia Muamar Gadafi.

Los investigadores intentan determinar si el exjefe de Estado y su entorno crearon una "red" de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazan al político conservador y jefe del Estado francés entre 2007 y 2012.

El abogado del expresidente Thierry Herzog y a los magistrados del Supremo Gilbert Azibert y Patrick Sassoust fueron detenidos en el día anterior en el curso de la investigación. Se sospecha que Azibert, cercano al letrado del expresidente, recababa información de consejeros del Tribunal Supremo sobre los avances en la investigación sobre presunta la financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy al Palacio del Elíseo, informa Efe.

Según esa teoría, el defensor de Sarkozy le prometió como contrapartida que el expresidente le ayudaría a conseguir un puesto en la administración de Mónaco que buscaba.

Las escuchas telefónicas a las que fue sometido Sarkozy - inmerso en varios casos de corrupción - y su entorno en otoño pasado han desvelado que el expresidente de la República se servía de una red de informantes en las estructuras del Estado para mantenerse al tanto de los escándalos financieros que ahora le acorralan, muy especialmente, el caso Bettencourt, que investiga el Tribunal Supremo y que también está relacionado con la presunta financiación ilegal de la misma campaña de 2007 que le valió a Sarkozy el triunfo sobre la socialista Ségolène Royal.

Esas escuchas fueron las que desvelaron a la policía que Sarkozy utilizaba un teléfono móvil clandestino, a nombre de un tal Paul Bismuth, para hablar justamente con su abogado Herzog, que también disponía de un teléfono clandestino. Las pesquisas indican que Herzog tenía hilo directo con su amigo, el juez de la sala de lo Civil del Supremo Gilbert Azibert, ahora interrogado por la oficina anticorrupción.

Destacados miembros de la UMP (Unión por un Movimiento Popular), el partido de Sarkozy, coinciden en calificar de "encarnizamiento" el proceso contra el exjefe del Estado y señalan la coincidencia del calendario judicial con el calendario político, en una clara referencia a la posibilidad de que el político acabara decidiendo en las próximas semanas volver a liderar la organización conservadora.

El portavoz del Gobierno socialista y ministro de Agricultura, Stéphane Le Foll, ha comentado que la justicia debe llegar hasta el final y que Sarkozy "es un justiciable como los demás".

Situado en el número 101 de la calle Trois Fontanot, en el barrio de La Defense, el edificio de ocho plantas donde Sarkozy es interrogado es la sede central de la Policía Judicial. Hasta allí fue conducido esta mañana por la policía desde el distinguido distrito 16, donde vive. Su coche entró directamente al aparcamiento subterráneo a través de un acceso situado a la izquierda en la planta baja. Una veintena de periodistas y cámaras permanecían de guardia desde primera hora mientrras una pareja de policías los mantenían alejados de la sede policial. Poco después de las 11.00 de la mañana, la única persona relacionada con el caso que salió al exterior fue el abogado Paul-Albert Iweins, que defiende al también abogado detenido Herzog. Fumó un cigarrillo y se negó a hacer el mínimo comentario.

En la calle Trois Fontanot, varios empleados arreglaban las aceras y el firme dentro de un proyecto valorado en 500.000 euros "para mejorar su entorno vital", como señala un cartel público en la zona. Ni los obreros ni los empleados de la zona, con muchos edificios dedicados a oficinas, quieren comentar lo ocurrido, pero en las cafeterías de la zona todos siguen la noticia a través de la televisión. "Sí, sí, estoy al tanto", se limita a decir alguno. Sólo los periodistas hacen comentarios jocosos. "Esto es una repúbica bananera", señala un cámara.