El periódico difunde una serie de extractos de conversaciones grabadas entre Sarkozy y su abogado, el también imputado Thierry Herzog, en las que hablan de promover a un alto magistrado al puesto que deseaba, a cambio de filtraciones sobre las instrucciones que pesan sobre el ex jefe del Estado.
Los jueces ordenaron que se pinchara el teléfono que habitualmente utilizaba el ex presidente, pero también uno que adquirió posteriormente con pseudónimo y con el que se comunicaba con su abogado de manera más abierta sobre un posible empujón a la carrera del magistrado Gilbert Azibert, también imputado.
Este último, según se deduce de las conversaciones y de la información que se conoce sobre el caso, informaba a Sarkozy y su entorno de instrucciones bajo secreto de sumario a cambio de que facilitaran su retiro en un puesto en Mónaco.
"Le ayudaré", le dijo el pasado 5 de febrero el expresdente a su letrado en la línea que utilizaba con un nombre falso, a lo que Sarkozy agregó: "Llámale y dile que me ocuparé porque voy a Mónaco y veré al príncipe".
Dos semanas después, Sarkozy le dijo a su abogado que podía telefonear al magistrado y decirle que haría "las gestiones en el Ministro de Estado mañana o pasado mañana".
Un días después, el político conservador volvió a llamar a su letrado y amigo y la policía grabó a Sarkozy citando directamente al magistrado: "Quería decirte, para que se lo puedas decir a Gilbert Azibert, que tengo una cita a medio día con Michel Roger, el ministro del Estado de Mónaco".
El 26 de febrero, y por la línea "oficial" del ex presidente, la que los jueces instructores creen que Sarkozy sabía pinchada, Sarkozy dio marcha atrás.
"Me he dado cuenta de que sería un poco ridículo, así que prefiero no hablarle de ello", dijo en conversación que ambos repiten minutos después a través de la segunda línea telefónica, siempre según el diario.
Le Monde agrega que el ministro del Estado de Mónaco confirmó a los jueces instructores que Sarkozy le llamó el 25 de febrero, pero que no citó el nombre del magistrado.
El llamado "caso de las escuchas", por el que está imputado Sarkozy y que podría costarle una pena máxima de diez años de cárcel, deriva de una investigación sobre presunta financiación ilegal de la campaña que le llevó a la presidencia en 2007 con dinero negro del depuesto dictador libio Muamar el Gadafi.
Tras pasar 15 horas declarando en régimen de detención antes de ser imputado, Sarkozy concedió una entrevista en televisión en la que calificó como "grotescos" los cargos que pesan contra él, por por corrupción activa, tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto de instrucción.
"¿Es normal que se hayan escuchado mis conversaciones más íntimas desde septiembre de 2013, que las conversaciones con mi abogado sean escuchadas y difundidas por la prensa, en una clara violación del secreto de instrucción, y que sea colocado en detención preventiva durante 15 horas?", se preguntó el expresidente, que no entró a valorar las citadas conversaciones.
Comentario: Nótese cómo no se defiende contra los cargos en sí...
Disolución del partido
El 48 por ciento de los franceses cree que la UMP, el partido que llevó a la presidencia francesa al conservador Nicolas Sarkozy en 2007, debe disolverse ante su grave situación financiera y los múltiples escándalos que le afectan, según una encuesta publicada hoy por el diario Le Parisien.
La mitad de los franceses consideran que la Unión por un Movimiento Popular (UMP) debería desaparecer y ser reemplazado por una nueva formación, frente al 38 % que opina que el partido debe renovarse pero no disolverse y un 9 % que cree que debe permanecer como ahora.
Los resultados de quienes quieren que el partido cambie de siglas son similares entre quienes se declaran simpatizantes de izquierdas (49 %) y de derechas (45 %), agrega el sondeo, elaborado por el instituto BVA entre los pasados 10 y 11 de julio sobre una muestra representativa de 1.050 personas interrogadas por internet.
Se trata de un cambio de tendencia pues una encuesta similar publicada hace quince días mostraba que el 46 % de los franceses no estimaba necesario que el partido desaparezca y deje paso a una nueva coalición de centro-derecha.
Solo el 27 % de los encuestados considera que Sarkozy es el único responsable de la situación del partido, mientras que el 71 % atribuye la ruinosa situación de la UMP al conjunto de sus dirigentes.
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