Desde 1978 hasta 1994, Siegman se desempeñó como director ejecutivo del Congreso Judío Estadounidense, ampliamente reconocido como una de las tres grandes organizaciones judías de EE.UU., junto con el Comité Judío Estadounidense y la Liga Anti Difamatoria. Nacido en Alemania tres años antes de que los nazis llegaran al poder en 1933, la familia de Siegman finalmente se trasladó a Estados Unidos. Su padre fue uno de los líderes del movimiento sionista europeo que impulsó la creación de un Estado judío. En Nueva York, Siegman estudió religión y fue ordenado como rabino ortodoxo por Yeshiva Torah Vodaas, y luego se convirtió en titular del Consejo de Sinagogas de EE.UU.
Después de ser miembro del Congreso Judío Estadounidense, Siegman fue miembro del Consejo de Relaciones Exteriores. Actualmente, se desempeña como presidente del Proyecto Medio Oriente/EE.UU. En la primera parte de nuestra entrevista, Siegman analiza el ataque sobre Gaza, los mitos en torno a la fundación del Estado de Israel en 1948 y sus propios antecedentes como refugiado judío alemán que huyó de la ocupación nazi, su posterior participación como una destacada voz judía estadounidense y, hoy, como un abierto crítico de las políticas de Israel en los Territorios ocupados.
"Cuando uno piensa que esto es lo que hace falta para que Israel sobreviva, que el sueño sionista se basa en la matanza reiterada de inocentes a la escala que vemos estos días en televisión, entiende que verdaderamente estamos ante una crisis profunda profunda y que debería ser una crisis profunda en el pensamiento de todos lo que estuvimos comprometidos con la creación del Estado y su éxito", afirma Siegman.En relación a la pretensión israelí que cuenta con el apoyo de EE.UU. de que el ataque sobre Gaza es necesario porque ningún país toleraría el ataque con cohetes de militantes desde Gaza, Siegman sostiene:
"Lo que debilita este principio es que ningún país y ningún pueblo viviría de la manera que los habitantes de Gaza han sido obligados a vivir [...] La cuestión moral de la acción de Israel depende, en primera instancia, de la pregunta ¿no podría Israel hacer algo [para evitar] este desastre que está desplegando ahora, en términos de la destrucción de vidas humanas? ¿No podrían haber hecho algo distinto que no requiriera ese costo? Y la respuesta es, seguro, podrían haber puesto fin a la ocupación".
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