Los tabloides del régimen corrupto español suelen ofrecernos a menudo, en sus dominicales, reportajes que luchan por hacerse un hueco sensacionalista en la ya de por sí habitual, agobiante y defecante propaganda occidental, entre los más variados acontecimientos políticos que suceden a lo largo y ancho del planeta.
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Es un tipo de propaganda orientada a desinformar, intoxicar y a utilizar el viejo recurso del amarillismo para sodomizar políticamente a los menos preparados. En el caso de Ucrania, los correveidiles rastreros de la banda criminal OTAN y demás chivatos del espionaje occidental están esforzándose por incrementar exponencialmente las mentiras propagadas por Washington, esta vez a cuenta del derribo del avión malasio en territorio ucraniano. Es una estrategia harto fútil que recurre, una vez más, a la fabulación, a la caricaturización, a modelar arquetípicamente y a resaltar los elementos "demoníacos" del personaje o personajes objeto de estas campañas de deformación masiva, en aras de conseguir el deseado efecto intoxicador mediante un cuidadoso marketing de avanzada "guerra psicológica desinformativa".

El pasado domingo le ha tocado el turno al diario-panfleto El Mundo (otro medio tutelado por el Pentágono) reflejar un detritus periodístico sobre la, según su corresponsal en Moscú Xavier Colás, probada autoría pro-rusa-rebelde en el atentado contra el avión del vuelo MH17. Según los delirios pro-norteamericanos de este juntaletras desinformador, el ideólogo y perpetrador del crimen aéreo responde a un "demonio" de nombre Igor Nikolaevich Bezler: el hombre que permitió que 298 pasajeros, 80 de ellos niños, volasen por los aires. Todo el artículo es un previsible e infame rosario de tendenciosidad, pruebas falsas, hechos manipulados, efectismo de brocha gorda e historias con ese sabor a guerra fría que tanto gustaba a los anticomunistas de salón del siglo pasado. Sólo que este iletrado, ignorante y pordiosero patán rusófobo, que escupe bilis de la CIA en el ex medio de Pedrojeta Ramírez, no serviría ni para analista de cuarta en las cloacas de la OTAN.

Empieza el recital de basura del Colás con un impactante «Carguen, apunten, fuego». Igor Nikolaevich Bezler recitó la secuencia con una monotonía en la voz propia de cualquier otra rutina castrense. Para seguir, a continuación, (¡faltaría más!), haciendo un recordatorio del pasado ex soviético de Bezler, sin duda para remarcar el carácter "estalinista" y "comunista" del personaje, faltas intolerables, por supuesto, para este Colás, un refinado defensor de la Junta Golpista neonazi de Kiev. Afirmación, ésta última, que no es gratuita por cuanto el tal Colás habla del depuesto presidente ucraniano Yanukovich en términos absolutamente despectivos. Legitimando el golpe, vamos: Cuando el títere que Moscú tenía en Kiev -el presidente Victor Yanukovich- cayó tumbado por una revuelta popular. Un presidente elegido democráticamente, Yanukovich, resulta que fue el títere de Moscú derrocado por una revuelta "popular". Se le olvida decir al escribano fantoche de El Mundo que esa "revuelta popular" fue gestada por la CIA en la embajada norteamericana de Kiev. Que la violencia terrorista desatada en Maidan, por elementos fascistas, fue organizada por EEUU y Europa. Que la consecuencia fue el deseado golpe de Estado diseñado por Washington y Bruselas.

Voy a obviar la escoria que este individuo relata sobre Crimea y vamos a tocar la ficción novelada de Colás acerca del vuelo derribado por el ejército fascista de Ucrania o alguno de sus escuadrones de la muerte (los que actúan a las órdenes del judío Kolomoisky). Ese derribo es atribuido por este "geniecillo" de las cloacas mediáticas, como no podía ser de otro modo, al "demonio" Igor Bezler y a sus hombres. Dice el enviado de El Mundo: Con sus hombres perdiendo posiciones por culpa del eficaz binomio que forman las tropas de tierra y la aviación ucraniana, Bezler vio la oportunidad de devolver el golpe cobrándose una nueva pieza militar del cielo. Fue informado de que un punto estaba parpadeando en el radar, volando a 10.000 metros. En pocos minutos un misil trepaba por el cielo despejado sobre Pervomayski, la localidad donde esa mañana sus hombres habían colocado una lanzadera de misiles Buk al que los chicos de Bezler llamaban «esta preciosidad».Todo un repertorio de desinformación trapacera, engañosa, falsa, que continúa con el bulo de unas grabaciones, manipuladas, que la Junta Golpista de Kiev publicitó al mundo y que han quedado sobradamente dejadas con el culo al aire, salvo para EEUU y sus gángsters europeos. Colasete se cree todo lo que le cuentan y por eso le gusta dar pompa a su libelo, fantaseando con el amarillismo más "in-mundo" Bezler pasó de ser una Bestia paneslava a un villano de talla mundial.

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El charlatán de la CIA en Moscú, Xavier Colás
Colás retrata en su infecto pasquín, casi minuciosamente, el perfil psicológico, perverso y cruel de Bezler: De él dicen que tiene el récord de aviones del ejército ucraniano derribados y también buenas marcas a la hora de hacer prisioneros. Los desnuda, los graba en vídeos que después acaban en las redes sociales y luego los intercambia por sus hombres capturados. Si te llevas bien con el Demonio significa que tendrás al menos una oportunidad de librarte si te pillan los ucranianos. El demonio ruso devorahombres ya está listo para entrar en el Museo de los Horrores de los más abyectos criminales de la historia, junto a Hitler y Obama. Luego, llega la demonización relativa al estado psiquiátrico de Bezler y, de paso, envía recado a la inteligencia militar rusa faltando groseramente a la verdad con nuevas patrañas, tratando vanamente de resaltar el carácter "mercenario-tribal" de la resistencia antifascista: Es un producto típico, con algunas taras, de los servicios de inteligencia militar rusos. Discreto, y tal vez el más misterioso de todos los señores de la guerra que mandan en esa zona de Ucrania.

La orgía demonizadora de Colasete prosigue contra Bezler desde el "habituado al ojo por ojo" y sus aires de antaño de "sheriff" a un final digno del estercolero informativo que representa el diario al que sirve o para el que se arrastra: para él (Bezler) el separatismo está en el lado ucraniano, «porque esta tierra siempre fue rusa», repite señalando el entorno verde de Donetsk, que ahora tiene 20 kilómetros que todavía huelen a cadáver. Y todo porque este demonio vestido de camuflaje quiso rascar el cielo a ver qué caía

El separatismo o las luchas populares en el Este de Ucrania contra el fascismo de Kiev se resumen, para el cateto plumífero asalariado de El INMundo, en que el "demonio quiso rascar el cielo a ver qué caía". De verdad, cuánto despliegue de intelecto y sabiduría narrativa periodística. En el Este de Ucrania hay un "demonio" y "señores de la guerra", pero no existe una brutal limpieza étnica, una masacre que fue preparada con asesoramiento de la inteligencia extranjera en contra de los rebeldes "rusos". Al parecer, la matanza en la Casa de los sindicatos de Odessa fue un "desliz" de los paramilitares-mercenarios ucranianos, las armas químicas utilizadas contra la población de Donbass y Slaviansk se guardan bajo las alfombras de la OTAN, los ataques deliberados contra la población civil del Este, con armamento pesado, son una ilusión óptica

Ruego a Putin que eche de Moscú a este siniestro personaje y lo envíe empaquetado a Kiev para, si tiene huevos, se plante ante las milicias del Este y refrende, con las armas en la mano, lo que ha vomitado en su periodicucho. Aunque me parece que no iba a servir mucho más que para limpiar el culo a la dictadura chocolatera de Kiev.

PD: Me faltaba una addenda, imperdonable....es de hace casi dos meses:
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